lunes, 23 de julio de 2012

LA REDENCIÓN DEL HÉROE



Vi “El caballero oscuro: la leyenda renace” ("Batman 3" para abreviar) el sábado y el domingo me enteré de lo ocurrido en USA. (De la matanza en un cine durante el pase de la película, por si alguien no lo sabe). Total, que después me he puesto a pensar un poco en la tremenda problemática que tiene Estados Unidos con las armas y la facilidad con la que un energúmeno puede pillar una metralleta y liarse a tiros con cualquiera. Por lo tanto, ¿cómo controlar algo así? ¿Cómo deben actuar las fuerzas de la ley ante el libertinaje que existe allí con las armas? Incluso ¿cómo debe actuar el héroe ante algo así?


Pues bien, pensando y pensando, me vino a la cabeza una película de los setenta sobre un joven que volvía a su pueblo natal con su mujer e hijos. El hombre llamado Buford Pusser (Joe Don Baker), un tipo recto y justo, no tarda en ver con malos ojos un garito instalado en la ciudad que es un auténtico hervidero de prostitución y en el que se apuesta de manera ilegal, además de vender güisqui adulterado. Pusser verá como le ventilan un montón de pasta por la cara y que por si fuera poco nadie hace nada cuando le pegan una paliza que lo deja medio muerto. Tanto el sheriff de la ciudad como los jueces están comprados por los mafiosos que han inundado de vicio la ciudad, así que Pusser decidirá hacer frente a esa chusma e incluso se presenta a sheriff de la ciudad, cosa que finalmente consigue. Pronto comienza a impartir justicia (madero en mano) y a meter a los “malos” entre rejas, cosa que le traerá más de un problema tanto a él como a su familia. Y es que una cosa es ser un súper héroe encapuchado que mantiene a raya el crimen, y otra muy distinta hacerlo a pecho descubierto. Con dos cojones.

El verdadero Buford Pusser.
“Pisando fuerte” está basada en una historia real, de hecho el personaje principal, el sheriff Buford Pusser, existió de verdad y sufrió en sus propias carnes las terribles consecuencias de hacer frente al crimen (de hecho, la película conoció dos secuelas, una serie de TV y unos cuantos remakes que prefiero ni ver). Pero quizás lo más interesante de “Pisando fuerte” sea que mientras la ves tienes la sensación de que estás ante una olla a presión que en cualquier momento va a estallar (y todo ello viene favorecido por el abundante uso de hemoglobina que se da durante el film). No sólo porque los rufianes de la película sean eso mismo, unos rufianes que no respetan ningún tipo de ética ni moralidad y cuya codicia ensombrecen la apacible vida del pueblo, sino porque la respuesta de nuestro protagonista se va volviendo cada vez más y más violenta a medida que avanza el metraje, hasta llegar a un trágico final. Pusser lucha contra los delincuentes y pone en riesgo su integridad física y la de su familia, que por otro lado le ruegan continuamente que cese en su empeño de limpiar de escoria la ciudad. Pero lejos de rendirse – tal y como dice Pusser, “pisa fuerte” (de ahí el título) – hace caso omiso a los consejos y advertencias de los que le rodean y continúa su particular batalla contra el crimen.


Cuento esto porque en “Batman 3” se nos plantea este mismo dilema. ¿Cómo combatir el crimen siendo un (súper) héroe y tener una vida normal y corriente con tu mujer e hijos? Como comprobamos en esta tercera entrega del hombre murciélago, Wayne (Bale) no ha sabido continuar sin su alter ego y no ha rehecho su vida, es más, ha empeorado estrepitosamente, algo que le recrimina su mayordomo Alfred (Michael Cane), un personaje que sin lugar a dudas aporta algunas reflexiones claves para entender bien lo que nos explica este cierre de la trilogía de Nolan. Esto, sinceramente me encantó. Pues parece que aunque Wayne haya colgado su capa de súper héroe, no ha sabido encauzar su vida normal.


Pero volviendo a la excelente película protagonizada por Don Baker, existe un claro elemento con el que nuestro héroe se debe enfrentar: las armas (quizás por eso me vino a la memoria esta película después de oír la noticia de la masacre en los cines). A pesar de que el sheriff se enfrenta a los maleantes con un palo (seña por la que consiguió cierta fama y por la que incluso se le podría identificar como cualquier otro súper héroe de ficción que se precie), poco a poco las armas se van haciendo cada vez más presentes durante la película hasta que, en el último tramo del film, el sheriff le regala una escopeta a su hijo en navidad (no la vemos porque está envuelta, pero lo adivinamos por la forma). Pues bien, una vez se lleva a cabo el terrible asesinato de su mujer (en una sobrecogedora escena) y Pusser queda gravemente herido al serle seccionada media cara de un disparo, es el propio hijo del sheriff el que se dirige al hospital con los ojos inundados en lágrimas con la escopeta en la mano. El chaval se postra al lado de su padre que está tumbado en una camilla del hospital y le entrega el arma que le había regalado. Está claro que clama venganza y Pusser accede acariciándole la mano a su hijo. Así pues, este trágico héroe vuelve a la carga con medio rostro escayolado - cosa que le da una especie de aura monstruosa a su personaje - y termina asesinando a los causantes de la muerte de su mujer. En este punto, Phil Karlson, el director, dota al film de un ambiente pesadillesco y malsano donde no existe ningún tipo de redención para el desafortunado héroe/protagonista y que queda muy alejado de otras películas con vengadores/vigilantes de la época.


En este aspecto, “Batman 3” se queda algo floja. Nolan no sólo no se atreve a terminar con el héroe enmascarado ni que este pague un precio injusto y trágico por sus actos como si lo pagó Pusser, sino que además el film termina resolviéndose de una manera un tanto facilona y, porque no decirlo, decepcionante. “Batman 3” es verdaderamente épica (su duración y la banda sonora de Zimmer ayudan bastante) y nos plantea un auténtico Apocalipsis anárquico. Pero lamentablemente no llega hasta el límite y las premisas que plantea se quedan a la mitad.


La vida está llena de tragedias y aunque quizás haya hecho mal en meter con calzador esta película de los setenta, uno no puede evitar pensar en que el destino no es para todos tan esperanzador como desea y que los precios que los héroes deben pagar por su labor son totalmente injustos (como pasaba en “Pisando fuerte”) y por eso el final de “Batman 3” resulta tan esperanzador como flojo.


Ahora mismo acabo de llegar a un punto extraño y peligroso de mi reflexión, pues son demasiados paralelismos los que estoy haciendo sin que una cosa tenga que ver con la otra (“Pisando fuerte”, el trágico incidente durante el pase de “Batman 3”, el abuso de las armas en USA, los precios que el héroe tiene que pagar por el bien de la humanidad…) y como veo que estos temas habría que tratarlos por separado para evitar de ese modo frivolizar, terminaré este post con una breve apreciación de lo que me ha parecido este “El Caballero Oscuro: la leyenda renace”. Si, está bien, es una buena película, aunque obviamente no se ha repetido el excelente resultado de la segunda parte. Como decía “Batman 3” tiene el gran acierto de mostrarnos a un Bruce Wayne en horas bajas que se debate entre seguir encerrado en su mansión o volver a ponerse el traje de murciélago ante la creciente amenaza del siniestro Bane (Tom Hardy) - un villano bastante interesante, por cierto -. También me encanta esta Catwoman – aunque dista mucho de la excitante gata loca que interpretó la Pfeiffer -, y Heathaway está muy convincente haciendo de ladronzuela, por no decir que el látex le sienta de fábula (esas posturas encima de la moto, con el culo en pompa, ¡por Dios!). Pero viendo la película es más que evidente algunos personajes, como el de Catwoman, cojean y que les falta algo para que sean convincentes. Y hablando de cojeras, ¿por qué demonios se empeña Nolan en ser tan realista si luego se pasa todo por los huevos? Porque eso de mostrar a un Wayne/Batman en horas bajas está muy bien, pero joder, luego no me lo “cures” por arte de magia, coño.  

8 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Es que en el mundo real lo superhéroes tendrían poco éxito, les pasaría un poco lo que al protagonista de "Defendor". Lo de EEUU y las armas acabará el día que dejen de vender en el supermercado, junto a los pañales, un subfusil de asalto y una granada de mano. Es una estupidez que no tendrá remedio nunca. Porque dicen que es por el derecho constitucional a defenderse, pero, cuando sale un majadero que causa una masacre, no hay nunca quien tenga un arma a mano para hacerlo.

miquel zueras dijo...

También me parece que Bane es lo más interesante de esta película.
Ahora en USA la gente tiene miedo de ir a los cines donde se proyecta por el efecto "Copycat", por si a algún psicópata le da por hacer lo mismo.
El debate de las armas es allí muy complicado porque lo asocian a las libertades individuales.
Eso sí, me apunto esa película de "Pisando fuerte". Saludos. Borgo.

almigmon dijo...

Coño, chato, tú eres un tramposo, con eso de que no quieres que la entrada te quede "frívola" lo que tratas de evitar es lo que tratas de evitar, no lo niegues...

Pues me suda la piiiiii, (en realidad me suda todo, coño, qué calor) lo frívolo que suene y el cargo de conciencia que me va a quedar por tu puta advertencia, aguafiestas, pero alguien lo tiene que decir y si no, no nos la hubieras puesto votando ¡¡¡Ese Pusser fue el precendente americano del Tío la vara!!!

Lástima que el muy gilipollas no entendiera que la vara, si no es mágica, no sirve de nada pero ahí lo tienes al tío, él vivo a pesar de llevar a la realidad las películas de Peckinpah y su pobre mujer criando malvas.

Ahora más en serio, me parece una barbaridad lo de la masacre del estreno de Batman 3 (con el añadido de que me acordé de ti y de tu entrada de los superhéroes y me dije, coño, llega a pasar aquí y lo mismo le pilla allí a mi blogger cinéfilo de cabecera), tan bárbara como por desgracia recurrente en los iuesei de las pelotas.(sigue)

almigmon dijo...

Y mira que hay masacres de éste tipo todos los años, pues me pasa lo que a ti, cada vez que ocurre una me impacta, no lo puedo evitar, se me encoge el estómago y me hago las mismas preguntas: por qué, para qué y cómo se arregla esto.

Lo cual es bastante hipócrita por mi parte porque, lo quiera o no, me afectan más 10 o 12 muertos esporádicos si son de un país 'civilizado' y 'similar' al mío que las masacres casi diarias de 100, 1.000, 10.000 muertos en países deprimidos de esos que no se parecen al mío. Es jodido pero es así, si no sientes que eso te puede pasar a ti, no te afecta.

Pero volviendo a esta masacre y al cómo se arregla esto, como bien dice Borgo, el tema de las armas es peliagudo allí porque los muy gilipollas creen que es un tema de libertades individuales.

Es cojonudo, la verdad, yo tengo derecho a tener un pistolón de aquí te espero, comprar en el supermercado la munición que yo quiera junto a los hot dogs y la coca-cola por no sé qué enmienda y haciendo uso de esa libertad inalienable que como ciudadano de los iuesei nadie me puede tocar, como 'me se' ponga en los cojones te vuelo la tapa los sesos, ¿estamos?

Pues muy bien, sigan ustedes así, yankies de mierda, me digo yo, sigan impidiendo entrar en su país de la libertad a la gente con antecedentes o que se declare comunista que esa es la peligrosa.

Sin embargo, no todo el problema parece ser el del derecho a tener un rifle de repetición aunque, obviamente, la cosa no ayude a que haya menos. La mejor reflexión al respecto que yo he visto en una sala de cine y que a mí me abrió los ojos la hizo, ¿cómo no, tratándose de los iuesei?, Michael Moore en "Bowling for Columbine" (si no la has visto, te la recomiendo encarecidamente y si la has visto vuelve a verla porque cada día de crisis de los cojones que pasa está más y más de actualidad, creo que yerra en los motivos pero no en los medios utilizados) y la solución a sus problemas y los problemas que crean las armas, cada día más, en el resto del mundo (de los que no se escapa Europa, basta recordar al joputa ese de Oslo o al otro joputa ese de Francia, uno fundamentalista cristiano, otro fundamentalista islámico, para que luego digan que el problema es cultural o religioso, si eres un joputa eres un joputa y punto) está en ella y la da Chris Rock, el único tío, por cierto, que sólo resulta gracioso cuando no aparece en la pantalla o aparece para hacer monólogos.

Es una solución absurda, demagoga y relacionada con el dinero, por tanto, es perfecta para EEUU: Vender las balas a 1.000 dólares la unidad. Para el resto del mundo, visto lo visto, creo que también valdría.

Y a la pregunta que te estarás haciendo a estas alturas del ladrillo que te estoy metiendo (además del ¿pero yo a éste qué le he hecho para que me dé el coñazo que me está dando?) sí, odio los EEUU pero por una razón simple: "Siempre he creído que EEUU es la superproducción de un país cualquiera, con todas las implicaciones y repercusiones que ello tiene."

Ahí dejo la frase, señor 'noquieroquemequedelaentradafrívola
paraquenadiemehagalagraciadequeeltal
pussfueelprimertíolavara',hala, a reflexionar sobre las infinitas interpretaciones que cabe hacerle a la frasecita, ¿cómo te quedas? ;oP
Un saludo.

Lazoworks dijo...

De su reflexión me quedo con que Pusser era el tío de la vara, jajaja!
Es usted sabio, querido Almigmon... Sabio... Jajaja

Lazoworks dijo...

Defendor... Esa película le encantó, eh Pepe...
Me da a mi que dentro de poco vamos a tener que ir todos como en el antiguo Oeste. Menudo futuro nos espera...

Lazoworks dijo...

A ver que le parece Borgo!

Ricardo Pi dijo...

Hola Lazo, Cuánto tiempo!
Pues yo no la he visto todavía, pero tal como han ido los anteriores Batman de Nolan seguro que me gusta, algo que no me pasó con las de Burton... hace poco intenté ver alguna pero me resultaba insufrible, tuve que desistir, sic.
De todas maneras igual es que estoy muy mayor, porque ví Prometheus y aunque -muy en el fondo- me gustó y tengo ganas de verla otra vez, le veía fallos por todos lados. A ver si haces una entradica de ésta, que sale una nave muy chula.
Un saludo