F.W. Murnau revolucionó el mundo del cine con este drama protagonizado por uno de los mejores actores alemanes de la época muda y de los años 30: Emil Jannings. Con "El Último", Murnau puso en movimiento la cámara y de que manera: bajando por un ascensor, saliendo de una trompeta y elevándose hasta arriba (espectacular para la época), una escena distorsionada en la que Jannings se emborracha, etc... De hecho el (incluso excesivo) uso de la cámara, la convirtió en un film básicamente visual (no aparecen rótulos explicativos o de dialogo), dejando básicamente todo el peso narrativo en la interpretación del actor y en la dirección de Murnau.
La historia trata de un portero de un importante hotel que gracias a su trabajo y a la vestimenta que utiliza para este, consigue el respeto y admiración de sus vecinos. Pero un buen día descubre que ha sido destituido de su puesto de trabajo por un hombre mucho más joven y queda desterrado a encargado de las letrinas. Jannings mantendrá en secreto esta deshonra e incluso robará el uniforme para asistir con él a la boda de su hija, haciendo gala de una interpretación un tanto exagerada (para que nos vamos a engañar) y hecha a medida para él.
Murnau contó con esta película un drama psicológico sobre el autoritarismo y la importancia que se le da a los uniformes y las medallas y la sensación de poder que proporciona a las personas que lo lucen. Esto es algo que resulta realmente paradójico ya que Jannings era uno de los actores que simpatizaba con el régimen nazi en la Alemania de los años 30.
Titulo original: Der Letze Mann (Alemanía, 1924)
Director: F. W. Murnau.
Guion: Carl Mayer.
Actores: Emil Jannings, Maly Delschaft, Max Hiller...
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