Continuamos
analizando la colección de clásicos que TEMA ha ido editando en
versiones coloreadas, siendo hoy el turno de Planeta
Fantasma
(The
Phantom Planet,
William Marshall, 1961) y El
monstruo del mar encantado
(Creature
from the Haunted Sea,
Roger Corman, 1961).
PLANETA
FANTASMA
Anodina
producción de ciencia ficción de principios de los sesenta
ambientada en (ATENCIÓN) 1980, en la que se cuenta las desventuras
de la nave Pegaso IV -capitaneada por el gallardo Frank Chapman (Dean
Fredericks) -, lanzada a los confines del espacio con tal de
averiguar lo que ha ocurrido con algunas naves espaciales que han
desaparecido en algún recóndito lugar de la galaxia. Una vez
llegados al punto crítico -es decir, el lugar en el que se pierde la
señal de los cohetes extraviados -, una lluvia de meteoritos impacta
sobre la Pegaso IV y la nave termina aterrizando estrepitosamente en
un misterioso planeta. Como es de esperar el único superviviente de
tan trágico accidente es el capitán Chapman y una vez recobra el
sentido descubrirá que el planeta en el que se encuentra está
habitado por personas diminutas. Sin embargo, para su (y nuestra)
sorpresa, cuando se quita el casco y respira los aires marcianos del
lugar verá como su estatura mengua hasta equipararse a de estos
singulares habitantes. Unos habitantes, por cierto, que pese a estar
en la última en tecnología, viven refugiados en una suerte de
cavernas y gustan de vestimentas más cercanas al péplum que a la
última moda interestelar.
Curiosamente,
a partir de aquí es cuando inexplicablemente la película se vuelve
aburrida y todo parece quedarse a medio gas. Por un lado a nadie
termina interesándole los amoríos extraterrestres de Chapman –
amor que se disputa entre una morena (Dolores Faith) y una rubia
(Coleen Gray1)
-, ni que tenga que participar en un combate cuerpo a cuerpo contra
uno de los marcianos, ni siquiera importa el hecho de que el planeta
(fantasma, como dice el título) corra un grave peligro cuando un
grupo de alienígenas llamados Solaritas intenten invadirlo.
Sin
embargo, sí que podemos destacar los efectos visuales que corren a
cargo de Louis DeWitt, gran artesano que entre otras cosas, compuso
las escenas más poéticas de La
noche del cazador
de Charles Laughton y que haría con esta su último trabajo en este
terreno. Para el recuerdo queda la bella secuencia en la que los
Solaritas, metidos dentro de unos meteoritos, atacan al planeta
fantasma. Otro punto apunte por el que también se suele sacar a
colación Planeta
Fantasma
es por la presencia de Richard Kiel, actor al que todo el mundo suele
recordar en su papel de Tiburón en La
espía que me amó
y Moonraker
de la saga bondiana, y que en esta se aprovecha su enorme estatura
para enfundarse el traje de Solarita.
Por
lo demás, poco podemos decir. Como ya hemos dicho la película se
queda a medio gas en prácticamente todo. Por lo tanto, no nos ha de
extrañar que allá al final de la cinta, en vez del clásico “the
end” podamos leer “the beginning”. Bueno, quizás si lo vemos
desde esta perspectiva, como el prólogo de una serie de trepidantes
aventuras galácticas que nunca veremos y que tan solo podamos
imaginar, The
Phantom Planet
tenga algo más de sentido.
Juan
Pedro Rodríguez
EL
MONSTRUO DEL MAR ENCANTADO
Cuanto
más tiempo pasa, más convencido estoy que el espíritu del cine de
Corman, muy lejano por más que se empeñen al del cine de otros
cineastas como Ed Wood, reside en el horripilante monstruo de esta
cinta. Horripilante por lo cutre, por su estética forzada y
forzosamente kitsch,
por lo pretendidamente irrisorio de su aspecto, y no porque dé
miedo.
Sí,
Creatured
from the Haunted
Sea,
como la mayor parte del cine de Corman, más allá de ser una
película de serie B2,
es una comedia ligera, casi al 100% humor blanco, sin más
pretensiones que divertir al espectador y divertirse haciéndola. Es
obvio que, como cualquier película de serie B (de ahí procede para
mí realmente el nombre del género, que va más allá de catalogar
el tipo de producción), admite una lectura B, una visión que hace
que ese humor 100% blanco pueda entenderse como humor 100% de hombre
blanco. La indisimulada burla de todo lo que sea hispano como algo
cutre, mezquino y subdesarrollado así lo muestra. Pero es que aun
eso es quedarse en la superficie. Corman se ríe de los estereotipos,
de todos, y nos hace reír con ellos. Porque no sólo se ríe de lo
spanish
(que para cualquier estadounidense de bien es sinónimo de mejicano),
sino también de sus propios compatriotas (estúpidos hasta decir
basta), de los mafiosos italoamericanos, de los espías de la CIA, de
la propia CIA y de todo el jodido cine negro que, quizá por primera
vez, es parodiado en esta cinta.¿Qué?,
¿a vosotros también se os ha parecido el gran jefe Renzo Capetto
alias Capo Rosetto alias Ratto Pazetti alias Zepo Staccato alias
Shirley Lamour a Humphrey en La Reina de África? Pues eso ¿Y acaso
Mary-Belle Monahan alias Mary Mohanan Belle alias Belle… no tiene
cierto aire a una Katharine Hepburn, eso sí, recién peinada y
maquillada? Pues lo dicho.
Toda
la cinta es una referencia a la Reina de África. Estamos ante una
parodia de las películas de espías y como en toda buena parodia su
fuerte es el guion, lo que se dice en él y cómo se dice, más que
la historia que cuenta. Pero, ¿qué cuenta la historia? [SPOILERS]
Bueno, pues simplificando (o más bien simplezatizando):
que unos cretinos cubanos fieles a la dictadura, a la anterior, no a
la que está por venir, quieren llevarse el tesoro de la isla para
que la revolusión
no triunfe. Para ello pretenden valerse de una banda de gángsters
(cretinos también) dirigida por un capo italoamericano (extraditado,
eso sí) que quiere matar a los cubanos para robar el oro,
inventándose, para tal fin, un monstruo marino que finalmente
resultará ser real. ¡Mirad si son cretinos unos y otros que se les
ha infiltrado el agente más cretino (sí, también cretino) de toda
la CIA (al que no se le escapa ni una, ojo) y no se han dado ni
cuenta! Un agente que pese a ser un paleto, es el único que
sobrevive al monstruo (comunista a buen seguro) con la hábil y
refinada maniobra de salir por piernas junto a su recientemente amada
Carmelita. [FIN DE LOS SPOILERS]
¿Quiere
reírse Corman de esos hispanos salvajes de Puerto Rico (Porcina
Pérez y familia) y/o de los cubanos, más marciales pero igualmente
bailongos, libidinosos y pendencieros, para así reírse de todos los
hispanos? ¿Quiere reírse de los italoamericanos diciendo que hasta
el más tonto es un mafioso? ¿Quiere reírse del resto de la banda,
irlandeses y americanos rubios (como el buen tabaco), de los Cletus
de la América profunda que acaban siendo agentes de la seguridad
nacional? ¿De todos los que tienen esos prejuicios? ¿O de todo a la
vez? La interpretación es suya, no me fuercen.
Eso
sí, hay dos cosas que son seguras, una, que con toda esta amalgama
de estereotipos nos hace reír (a carcajadas a algunos, con una leve
sonrisilla de medio lado a otros, eso va en el gusto de cada cual) y
otra, que tanto él como los actores, como el resto del equipo
debieron pasárselo pipa rodando y malmontando
con sus saltos injustificados incluidos este esperpento
valleinclaniano
a la americana.
¿Cinéfilos
siguen ahí? Pues que no les engañen, desalmidonen el redondo cuello
de sus t-shirts
molonas y escuchen: El cine de Corman no sirve de referente a los
mismos que sirvió y sirve el cine de Ed Wood o el de Phil Tucker,
esa es otra liga, el cine de Corman es el precedente no judío
(aunque judío, ustedes ya me entenderán) directo de las películas
de parodias, desde Aterriza
como puedas
a Scary
Movie
pasando por Hot
Shots,
Agárralo
como puedas
o La
loca historia de las Galaxias
(y, sí, otro día hablamos de los libretraductores
de títulos de cintas americanas, todos locos). Decir otra cosa es,
sencillamente, tomarnos el pelo.
Ángel
Chatarra
1
Fallecida el pasado 3 de agosto, Gray apareció en películas como
Atraco perfecto
de Stanley Kubrick o El
beso de la muerte de
Henry Hathaway.
2
Realizada a toda prisa con el mismo equipo técnico de La
última mujer sobre la Tierra, una vez finalizado el rodaje de esta.
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