lunes, 25 de abril de 2011

HAPPY END (1967): UN FINAL FELIZ PARA TODOS

¿Quién me iba a decir a mí que una película checoslovaca de finales de los sesenta me iba a sorprender tan gratamente? ¿Cómo es posible que un director tan desconocido por muchos (al menos lo era para mí) como lo es Oldrich Lipský, consiguiera crear una obra maestra tan adelantada a su tiempo? Y lo más importante, ¿por qué no obtuvo el reconocimiento que se merecía?
Llegué a esta película de la mano del excelente blog de Quimérico Inquilino, Madhouse, casa de locos, y me he quedado francamente impresionado por la inventiva de Lipský, ya que con Happy End es capaz de conseguir hacer fácil lo difícil.
Aquí se nos cuenta la historia de un carnicero que muere en la guillotina después de haber descuartizado a su mujer y asesinado a su amante. Aquí no estamos ante la típica historia de amor, - desafortunada al principio para desencadenar en un “happy end”, en el final feliz del título -,  pero gracias a Lipský y su inventiva de contarnos la historia hacía atrás, - en el que todo cobra sentido (los diálogos de los actores fueron grabados fonéticamente de tal modo que al escucharse al revés sean entendibles, y la estructura de estos, aún estando compuestos a la inversa, siguen teniendo sentido) -, la película consigue su cometido (su final feliz) con unos momentos rabiosamente divertidos y no exentos de un humor muy negro. Todo ello gracias a la voz en off de nuestro protagonista, la única que va hacia delante, que otorga a los trágicos acontecimientos un nuevo significado totalmente diferente (y loco).
Excelente, en serio, Happy end supone todo un ejercicio de estilo y de buen cine que harán palidecer a más de un gafapasta que flipa con Memento, el sobrevalorado thriller artie de Nolan, u otros filmes que abordan (a medias) la trama invertida, como la notable Irreversible de Gaspar Noe e incluso, de distinto modo, la ñoña El curioso caso de Benjamin Button de David Fincher. En definitiva, me quito el sombrero, los pantalones y me parto la camisa, no duden en visitar el blog del amigo Quimérico (AQUÍ) y háganse con esta joya antes de que los malos nos lo impidan.

3 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

A mi me hablan de una película checoslovaca de los 60 y salgo huyendo. Si ya se que son prejuicios, pero no puedeo evitarlo, demasiados años al amparo del cine USA. Pervertido pues soy.

Lazoworks dijo...

Pues mucho me temo que te iba a gustar, Pepe. Yo de ti le daría una oportunidad, Happy End te sorprenderá!!

Quimérico Inquilino dijo...

Muchas gracias, Lazoworks por esta cariñosa mención!
El mérito es totalmente de este señor checo que injustamente no conoce casi nadie y que gracias a internet (mal que le pese a la Sinde) estamos descubriendo algunos.
Y Pepe, no lo dudes, Oldrich es más moderno que el 90 % de los directores norteamericanos actuales, así que como bien dice Lazo, dale una oportunidad.

Saludos