martes, 20 de octubre de 2009

Enter the Void (2009)


Me pasó algo muy curioso con el último proyecto del director de origen argentino Gaspar Noé... Se podría decir que Enter the Void fue la película de las espantás de Sitges de este año, y es que muchos fueron los que no vieron con buenos ojos el tono alucinogeno y a veces escabroso del film, y a mi, si he de seros sinceros, todo aquello me influyó e hizo que la película se me hiciera algo lenta. Por otro lado, en el libreto informativo de Sitges decían que duraba 136 minutos (si alguien lo tiene podra comprobarlo), y yo pensaba: "joder, que larga se me está haciendo". Pues bien, cuando salí de la proyección me topé con el director, y con algo de timidez le pedí un autografo junto a mi actor fetiche Julio Cerrillo. Mi sorpresa vino cuando leí lo que me puso este director en la postal que le pedí que me firmara. Decía algo así: "Juan Pedro, ¿qué te han parecido las 2 h 40?". ¡Enter the Void no dura dos horas, sino cerca de tres! Por lo que en cierto modo, y siempre tras algunas recapacitaciones, he llegado a la conclusión que la película se me hizo más corta de lo que en realidad duraba (creo que existen varias versiones con diferente duración, por lo que no sé cual de estas vimos). Bueno, después de esta tonteria que os acabo de contar, centremonos en esta pedazo de obra maestra.


Enter the Void tendrá todos los excesos que se le quieran ver, pero su virtuosismo visual tiene un valor innegable ("virtuosismo visual", joder que bien queda), y un merito incuestionable. Este "salto al vacio" que siguiendo las propias palabras de Noé, intenta retratar el viaje que se da en El libro tibetano de los Muertos, supone toda una proeza audiovisual que está rodado integramente (ATENCIÓN) desde tres puntos de vista diferentes: en primera persona (como el videoclip Smack my bitch up de Prodigy), en primera persona pero con el cogote del omnipresente protagonista (Nathaniel Brown) en primer plano, y por último desde el cielo. La cámara, que no parará quieta durante los 160 minutos de metraje, se trasladará de un punto a otro de la ciudad (una colorida Tokyo), haciendonos testigos de todo lo que se acontece en la gran pantalla, y convirtiendonos de ese modo (a nosotros, los espectadores) en un protagonista indirecto más. Por lo tanto, Enter the Void es, aparte de una excelente película, una experiencia fascinante y tormentosa que debe ser vivida como Dios manda, en un cine.


Para toda esta parafernalia de idas y venidas con la cámara, muchos de los decorados que se ven en la película fueron recreados por ordenador (1), así como muchos de los "colocones" que inundan de colores la pantalla. "Colocones" que dejarán en casi nada el viaje al infinito de 2001: Una odisea del Espacio (Stanley Kubrick, 1968) y que pueden costarle la vida a más de un epiléptico. No por menos, para este periplo de drogas, sexo explícito y espiritualidad, Gaspar Noé se encerró cerca de un año para poder montarlo.


En el apartado de actores nos encontramos con algunos interpretes poco experimentados o debutantes, destacando la aparición de Masato Tanno, segunda unidad de algunas de las mejores películas de Takashi Miike, entre las cuales encontramos Ichi the Killer o Gozu. Y por último no me puedo olvidar de la preciosa Paz de la Huerta, actriz que ha aparecido en films como Asfixia (Clark Gregg, 2008), la simpática El Republicano (David Arquette, 2006) o la última película de Jim Jarmusch, Los límites del control, y que por cierto, nos mostrará en Enter the Void buena parte de su anatomía. ¡Que generosa eres Paz!


Título original: Enter the Void (Francia/Alemania/Italia, 2009)
Director: Gaspar Noé
Guión: Gaspar Noé
Actores: Nathaniel Brown, Paz de la Huerta, Olly Alexander...

(1) BUF la compañía que se encarga de los efectos especiales, también ha colaborado en la última película de James Cameron, Avatar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la crítica joder, no a la altura de la película, pero casi.
Tendría que volver a verla, porque si por mi fuera, ahora mismo la pondría a la altura de las grandes, como la naranja mecánica y tal. La verda es que cuando salí de verla la archivé en la carpeta de las 10 mejores películas de la historia del cine. Es un disparate, verdad? Pues lo sigo haciendo.
Claro que tal vez influyo el momento, también la ví en el auditorio y a veces un cúmulo de cosas que nos pueden influir a la hora de evaluar una película, pudieron producirse (eeeeh?)
En fín, pensaba que ya no me podía sorprender con nada y esta obra lo hizo.

Lazoworks dijo...

Si, la verdad es que la puta gente saliendo del cine me influyo, y eso es algo de lo que me arrepiento porque no pude disfrutar de la película como es debido.
Eso si, cuando salía la Paz de la Huerta... ¡¡Ya podía irse toda la sala que yo no pensaba moverme ni jarto de vino!! ¡Menudo melonar!
Referente a lo de las 10 mejores películas de la historia... Ya te lo he dicho un millón de veces que es imposible hacer uno con coherencia.
Estos listados que hacen de las mejores películas de la historia del cine son una basura, yo del único listado que me fio es el de.... ¡¡LAS 5005 PELÍCULAS DE LA HISTORIA DEL CINE!! Jejeje...
Por cierto, me tengo que hacer con el libro ese de "El libro tibetano de los Muertos" que debe ser interesante.

cerebrin dijo...

¿Y narrativamente qué tal es? Por que lo que dices me parece que debve ser la típica peli pretenciosa, virtuosa técnicamente pero narrativamente caótica... Aunque bueno, por lo entusiasmados que os leo a los dos estoy dispuesto a malgastar tres horas de mi vida... :P ;)

Lazoworks dijo...

Narrativamente está muy bien, aunque la parte final se hace algo lenta.
Pero tranquilo, que me da a mi que si se estrena aquí la recortarán un poco.
Según imdb.com dicen que en Cannes se exhibió la versión más larga, de 163', en Toronto una de 155' y en Sitges la de 136' (MENTIRA). Pero lo que si puede ser es que exista esa versión reducida y que sea esa la que salga en los cines. Vamos es una hipótesis.