Cuando Lang se instaló en USA, dirigiría a diferencia de otros directores europeos emigrados a Estados Unidos, películas que mostraban la sociedad estadounidense de una manera más real y sin florituras. El director aprendería mucho de la cultura y captó los elementos (buenos y malos) de la vida americana (mayormente leyendo cómics), y muestra de ello quedaría reflejado en la sobriedad y violencia de sus films.
Dedicó sus primeras películas americanas a una cruda denuncia social (Furia). Despues vendrían algunos films anti-nazis (Los verdugos también mueren, El ministerio del miedo...) y despues vendrían tres películas que segun Antonio Santamarina (Ver Nosferatu Nº47) formarían parte de una trilogía: "la trilogía psicológica" y estaría formada por "La mujer del cuadro", "Perversidad" y "Secreto tras la puerta". Yo me quedo con las dos primeras, sobretodo con "La mujer del cuadro".
Posiblemente tendría unos 15 años cuando ví por primera vez esta película. Cuando terminé de verla sentí algo que nunca había sentido con otra película: pura tensión. Rapidamente la tilde como la mejor película que había visto nunca (ahora no pienso igual, es muy dificil, por no decir imposible, decir cual es la mejor película que has visto), y como la tenía grabada en VHS se la pasé a todos mis amigos. Todos flipaban con la película. Era increible, jamás una película había sido capaz de inmiscuirme en un universo tan bien retratado y aterrador, en el que la tensión se podía cortar con tijeras y en la que cada paso en falso podía ser un grave error.
El gran Edward G. Robinson se verá inmerso en un espiral de atracción y fatalidad junto a una magnífica Bennett, una relación que desembocará en un asesinato "accidental" fruto de la desesperación por salvar su propia vida. De hecho, durante toda la película el protagonista irá dando palos de ciego para ocultar su culpabilidad y evitar verse involucrado en el asesinato que acaba de cometer. Y eso es lo bueno de "La mujer del cuadro": intentas inutilmente escapar de lo que le esta sucediendo al protagonista y rezas para que todo acabe arreglandose. Olvidas que ha matado a una persona, estas de su parte y comprendes que lo hizó en defensa propia. Hasta que, inevitablemente, nuestro fatídico protagonista encuentra su ansiada salvación en su propia muerte. Y por si esto no bastase, descubrimos que su muerte se podría haber evitado ennegreciendo aún más todo el film. Pero Lang va mucho más allá y ensalza magistralmente lo onírico con lo real (no quiero explicar demasiado) para salvarnos y asi dar un respiro al espectodor de tanta tensión.
La actriz, Joan Bennett también esta sobervia en su papel de mujer "accidentalmente" fatal. Digo accidentalmente porque no utliza el poder de su sexualidad para someter a los hombres estúpidos como lo hacen las femmes de otros films-noirs. El papel contiene elementos propios de la femme fatale, porque en el film ella es el desencadenante de la tragédia, pero tambien será un punto de apoyo para el hombre. De ese mismo modo, Robinson continúa manteniendo su relación con Bennett, cegado por la atracción y aún sabiendo que ella le ha metido en todo este embrollo, pero da la sensación de ser un amor correspondido. Sólo cuando Robinson despierta y logra salir de esa realidad virtual lleno de fatalidad, entenderá el peligro que conlleva coquetear con una mujer como ella. No se trata de que sea una mujer malvada, todo lo contrario, es bella y delicada, pero en su atractivo reside un arma mortifera que no se aprecia a simple vista.
Titulo original: The woman in the window. (USA, 1944)
Director: Fritz Lang.
Director: Fritz Lang.
Guion: Nunnally Johnson sobre la novela "Once off guard" de J.H. Wallis.
Actores: Edward G. Robinson, Joan Bennett, Arthur Loft...
Calificación:
Actores: Edward G. Robinson, Joan Bennett, Arthur Loft...
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