A lo largo de la filmografía de
Paul Naschy encontramos varias películas que suelen denominarse “malditas”, sobre
todo en la década de los ochenta y noventa, con títulos como por ejemplo “El aullido del diablo”, “La noche del ejecutor” o el film que
traemos a colación: “Mordiendo la vida”,
dirigida por ese self-made man
llamado Martin Garrido (guionista, director y también protagonista de la
cinta). Después del descalabro sufrido con “Operación
Mantis: el exterminio del macho” (otro título que bien podría estar
incluido en esa sección maldita de la filmografía de Jacinto Molina), Naschy se
involucró en proyectos de lo más variopintos. Desde participar en cortos
realizados por jóvenes realizadores (como por ejemplo los que rodó con la
Cuadrilla) hasta meterse en una deliciosa serie Z catalana (“Científicamente perfectes”). Es aquí
donde entra en juego Garrido, pues por mediación del actor Eduardo Fajardo,
contacta con el astro madrileño para ofrecerle un pequeño papel de gángster en
su proyecto. Naschy, que supongo que por aquel entonces se agarraba a cualquier
clavo ardiendo, no se cortó en absoluto y voló hacia Palma y en menos que canta
un gallo se metió en otra joya llena de follones y que nadie vio en su día.
¡Sí, Naschy era un verdadero imán para este tipo de producciones chungas! Pero
no nos equivoquemos, al menos en el caso que nos ocupa, estamos ante una
película que parece haber salido bien casi de casualidad y que fluctúa entre el
cine negro/policial y el cine quinqui gracias al sobrio retrato que hace
Garrido del barrio chino de la isla, lleno de putas, puteros, matones y demás
gente de bien (todo esto acompañado de alguna dosis de comedia involuntaria que
tanto gustan en este blog). Como esto es una reseña relámpago no me voy a
entretener mucho y destacaré alguna escena bigger
than life como la hostia que recibe una señora por parte de un matón o la
en teoría “dramática” escena en la que la Rizos (Beatriz Barón) recibe la
noticia de que su padre ha matado a su madre… Oh sí, “Mordiendo la vida” está francamente bien. ¡Muy bien, joder! Otra
cosa es que Garrido –en cuyo haber consta ser el guionista de “H6:
Diario de un asesino”, una de las chuflas más grandes que se han parido en
este país y que vino firmada por su hijo, Martín Garrido Jr.- sea un fanegas
ególatra que no ha tardado ni medio segundo en poner a parir a Naschy de una
manera un tanto gratuita. Supongo que de ese modo también le da un poco de
publicidad a la película, pues la buena gente de “Vial of Delicatessens” acaba
de sacarla a la venta en DVD. ¡Todo vale para que este impepinable film llegue
al máximo de espectadores, di que sí Garrido! En este sentido no se pierdan los
extras que incluye la edición de Vial, con sendas entrevistas a Garrido (que se
tira la mitad de ella echando pestes de Don Molina), a la actriz Betatriz Barón
(¡y cuyas declaraciones se ve claramente que están guionizadas por el propio
Garrido! ¡Bravo!) y a Amaro, la cantante de metal que compone la gloriosa banda
sonora del film. Pues lo dicho, no me
enrollo más, no se la pierdan y descubran un título único e irrepetible. Un
film producto del momento y el lugar en que se filmó.
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