martes, 6 de mayo de 2014

THE COLLECTION (2012): O EL COLECCIONISTA DE NADA.



Marcus Dunstan saltó a la palestra como uno de los guionistas más frescos del panorama fantástico gracias al libreto de “Atrapados” (Feast, John Gulager, 2005), firmado junto a su inseparable co-guionista Patrick Melton. Después de ello, ambos intentaron darle un soplo de aire nuevo a la saga “Saw” encargándose del guion de la cuarta, quinta, sexta1 y séptima y última parte (al menos de momento); y siguieron aunando fuerzas con Gulager a la hora de llevar a cabo la segunda y tercera parte de “Feast”, y la secuela de “Piraña 3D”, llamada para la ocasión “Piraña 3DD”. Aunque salvo la original y divertida trilogía de “Feast” lo demás tampoco sea demasiado destacable, siempre he sentido cierta curiosidad por saber lo que podría hacer Dunstan a la hora de llevar a cabo su propia película, así que cuando en 2009 se decidió a dirigir él mismo “The Collector” (también escrita junto a Melton), corrí raudo y veloz para salir de la incógnita. Lamentablemente “The Collector” recoge mucha de la iconografía de la saga creada por James Wan2, y flaquea precisamente por los puntos negros de ésta, es decir, por un montaje atropellado y rápido para hacer más “trepidantes” los golpes de efectos que pudiera haber a lo largo del metraje. Sin embargo, el film protagonizado por Josh Stewart tiene puntualmente sus momentos de lucidez gracias a unos planos totalmente memorables y unas secuencias en las que el tempo y la tensión están muy bien suministrados al espectador. Esas secuencias en las Stewart juega al gato y al ratón con el asesino enmascarado en mitad de una casa aparentemente deshabitada, por ejemplo, da muestra de lo que este “The Collector” pudo ser y (por poco) no fue. Aunque no fuese un film redondo, la ópera prima de Dunstan arrojaba algo de luz y esperanza a los más exigentes seguidores del género, así que cuando la segunda parte salió a la luz muchos deseamos que ésta hubiera dejado de lado el lastre del montaje videoclipero que tan mal había hecho a su antecesora y jugara más sus bazas a la hora de crear tensión, que es lo que debe respirar cualquier película de terror. Pero si en “The Collector” estábamos ante una versión sado del asesino enmascarado de “Torso, violencia carnal” de Sergio Martino, junto a la enigmática sed de coleccionismo de la criatura de “Jeepers Creepers” de Victor Salva (todo ello, no olvidemos, aderezado con una pizca de trampas imposibles al más puro estilo “Saw”, o más bien de sus secuelas), en “The Collection”, Dunstan nos mete en una casa de los horrores en la que, desgraciadamente, da rienda suelta a todo lo que se podía odiar y achacar de su antecesora. “The Collection” podría haber indagado mucho en la historia (mitología quizás) de ese enigmático personaje que colecciona “partes” de personas para crear sus propias “obras de arte” pero por desgracia su realizador y co-guionista prefiere perderse en los fuegos de artificio, olvidando que de lo que vive en realidad una película de miedo es precisamente de la capacidad para aterrorizar y no por los facilones golpes de efectos chapuceros creados por un montaje espantoso o la (más o menos) sangre mostrada en pantalla. Sí, está bien, todo acaba de forma ideal para poder continuar exprimiendo el filón de cara a una posible secuela, pero visto lo visto, no creo que Dunstan esté por la labor y decida de una vez por todas enmendar todo este desastre. Esperaremos… pues la esperanza es lo último que se pierde, que dicen.

1 Entrega que tiene el dudoso honor de haber sido calificada X en España.
2 De hecho, se cuenta que el primer borrador del film era en realidad para una secuela de “Saw” que fue rechazado.


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