Nacho Vigalondo dirigió en 2007 una de
las películas más fascinantes que ha dado el cine sobre la temática
de los viajes en el tiempo. Se trata de Los cronocrímenes y
en ella se narra un pequeño viaje al pasado de una hora
aproximadamente que tiene un trasfondo gigantesco. ¿Es Héctor tan
malvado como aparenta ser? ¿Qué utilidad parece tener la máquina
del tiempo de la película además de, como es lógico, viajar en el
tiempo? ¿Es “Los cronocrímenes” una película espiritual además
de un thriller de ciencia ficción con ribetes de comedia? Las
respuestas a esta y otras tantas preguntas las intento desgranar en
este ensayo escrito para La Abadía de Berzano. Son unas cuantas
líneas, pero si tienen “tiempo” (nunca mejor dicho) pásense por
allí y échenle un vistazo. Espero que les guste y, sobre todo, que
debatan sobre ello.
5 comentarios:
Creo que, al final, la película se hace un pequeño lío con tanto viaje en el tiempo. Se parece mucho a un capítulo de Bob Esponja en el que viajan al pasado y su presencia se duplica una y otra vez hasta llegar al absurdo.
Creo que al final no has leído el ensayo que enlazo.... jope.... :_____(
Es que la pereza me puede, querido consuegro.
Estupendo artículo, filosófico-reflexivo-psicológico, con aspectos que me pasaron desapercibidos en la película. Espero que no le pasara también a su autor.
Gracias por encontrar ese hueco, Pepe...
En cuanto al director, no me ha dado su opinión, pero me da que no está muy de acuerdo con lo que digo.
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