Aunque no acostumbro a escribir sobre la televisión (porque,
la verdad, no veo demasiada) voy a hacer una excepción para hablar de uno de
los programas que han arrancado hace un par de semanas. Se trata de “Un
príncipe para Corina”, un reality en el que se ha recogido a lo más variopinto
de la raza humana para conquistar la mano de una bella “princesa” llamada
Corina. Este programa ha llegado a tal nivel de excentricidad, que muchos han
puesto en duda la veracidad de los personajes y han clamado a los cuatro
vientos que el programa de Cuatro está guionizado. Y es que la estrafalaria
gama de individuos ha dado mucho de que hablar y va desde un señor que asegura
ser un vampiro de 2808 años de edad y que bebe sangre de sus parejas, a otro
que ha ido borrando su fealdad a golpe de operaciones estéticas con resultados
un tanto decepcionantes. “Un príncipe para Corina” parece ser una especie de
parodia de programas como “MHyV” y “Gran Hermano” y las personas que
intervienen en ella meras caricaturas englobadas en cuatro grupos diferentes:
los guapos, los únicos, los simpáticos y los nerds. De ese modo indagaremos en
la mediocridad de estos sujetos y presenciaremos momentos tan llamativos como
que un guapo mire a cámara con los ojos llorosos mientras le hablan, o que
reaccionen de un modo desternillante ante circunstancias de lo más cotidianas.
Precisamente por ese motivo se ha acusado al programa de contar con actores o
que esté guionizado, sin embargo algunos pasan por alto el punto fuerte de este
reality: un montaje PRODIGIOSO que ayuda a conseguir las situaciones cómicas y
potencian la peculiar personalidad de sus protagonistas que, todo hay que
decirlo, son de lo más atractivos. Y no, no piensen en “los guapos” – cuyo
carácter estúpido y arrogante, no sorprende y entra dentro de los cánones preestablecidos del prototipo de chico guapo y tonto -, sino en el hallazgo de personajes en
los otros grupos que harían las delicias de cualquier guionista de series de TV
o cine. En el grupo de los nerds encontramos a un pequeño tipo con cara de
inocente que rapea versos para defenderse, un orondo gallego al que llamaban
wikipedia en el colegio, uno que canta canciones románticas, un tipo de
avanzada edad con aspecto infantil (de hecho nunca sale de casa sin su peluche
llamado Furia), un chaval que se cree un súper héroe y que toma su forma de
vida del Capitán América o un virgen confeso que recita poesía; en el de los
simpáticos hallamos tipos más bien feos que, gracias al equipo de montaje (y de
por ejemplo, poner la banda sonora de “Psicosis” cuando aparece uno de ellos
cuyo físico recuerda al del mago del suspense), despiertan la carcajada
cómplice del espectador; luego están los únicos y en él se recogen
personalidades como la antes citada del vampiro (tristemente expulsado por
Corina) o un chino vasco deslenguado adicto al porno y fan de Sasha Grey (¡toma
ya!), que es más chulo que un “jarrillo lata”.
Con un plantel de personas así y repito, con unas buenas
manos tras la edición de video, los responsables de “Un príncipe para Corina”
han conseguido unas escenas cómicas brillantes y llenas de garra que no dan
respiro. Los culpables han deformado su reality
y magrean y manipulan los minutos de
metraje grabados hasta conseguir el resultado deseado: una conversación
surrealista a base de titubeos, por ejemplo, o que surja un flechazo entre la
hermana de Corina y uno de los pretendientes de ésta. Todo es posible gracias a
la magia del montaje y la postproducción y el resultado que han conseguido es
EXCELENTE, y lo dice uno que no se caracteriza por ser un especial consumidor
de realities (fórmulas como las del
Gran Hermano y demás, me parecen estar cada vez más obsoletas). Aunque
lamentablemente la vida real siempre suele más simple y aburrida, así que por
mucho que trabaje el equipo en ficcionar la realidad y conseguir los momentos
más delirantes… la princesa, con toda seguridad, acabará con un apuesto
príncipe amante de las cremas espoliadoras. Y es que hay cosas que tristemente
no cambian nunca.
8 comentarios:
Buen artículo, don Lazo. Entre el suyo y este otro que leí hace unos días casi (casi) me hacen ponerme a verlo:
http://www.valenciaplaza.com/ver/86439/-un-principe-para-corina---el-banco-malo-de-los-realities.html
El concepto del tipo-Drácula me deja noqueado.
Muchas gracias, buen hombre! Aunque en este artículo que me dice ponen al programa a parir, lo cual comprendo... Pero aún así le recomiendo que le dé una oportunidad y disfrute de la realidad ficcionada del programa y compruebe como iguala en gags (y trama) a algunas comedias con la que tanto disfrutamos.
Sí, dice que el programa es infumable pero es precisamente todo lo grotesco que describe lo que me daba ganas de ver esta feria de los horrores, jaja. En fin, si lo pesco un día en la tele lo veré un rato.
Bien, bien! El domingo a las 21:30 en Cuatro. A ver si está preparado para emociones fuertes y me cuenta que le parece.
Ni idea, intento sortear como buenamente puedo todo este tipo de programas que mi mujer, espero que no me escuche, no se pierde ni uno.
Pero hombre, Pepe, usted cree que yo veo cualquier cosa, hombre? Échele un ojo hombre, ya verá como algo de lenguaje cinematográfico encuentra en este programa tróspido (y no bromeo).
Parece una versión desquiciada de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? Por cierto, lo de "Princesa Corina" ¿va con segundas? ¿Hay una entrañable amistad por medio?
Lo del vampiro -lo único que he visto- era invreible.
Saludos. Borgo.
¡¡¡Usurpadooooorr, súcubooooo!!!
Je, je, je...
Muy buena entrada, Mr. Lazo, Corina no merece menos, aunque, ¿qué coño? lo de menos es Corina!!! A mí es que el chino me tiene loco, loco!!!!
Te agradezco que hayas hecho la entrada que no he tenido tiempo de hacer..
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