martes, 14 de mayo de 2013

LA MATANZA DE TEXAS 3D



Bajo mi humilde opinión, Michael Bay se ha encargado de destrozar a base de remakes la mayor parte de los pilares del denominado nuevo cine de terror estadounidense que nació en los setenta y que tuvo su máximo esplendor durante los ochenta con los denostados “slashers”. Y es que, a falta de poder ver las nuevas versiones de “Carretera al infierno” y “Terror en Amytiville”, las revisiones de “La matanza de Texas”, “Viernes 13” y “Pesadilla en Elm Street” han dejado a la altura del betún a los últimos grandes villanos del cine de horror (aunque para ser honestos, el “Viernes 13” de Nispel tampoco era tan aborrecible). Por ejemplo, en el remake de “La matanza de Texas”, no había ni una pizca de gore ni tensión; vale, tampoco es que hubiera demasiada hemoglobina en la original pero, ¿cómo se come que lo más duro de la película sea el nudo de la camiseta de Jessica Biel y que a pesar de correr de aquí para allá y pasar un sinfín de desventuras, no se le afloje en ningún momento? Pero no hay mal que por bien no venga y observando las futuras películas en las que Bay está implicado, no hay atisbo de ningún remake en el horizonte, por lo que podemos respirar aliviados. Con respecto a “La matanza de Texas”, sin ir más lejos, ya podemos estar tranquilos ya que ha caído en nuevas manos que pretenden renovar o al menos darle otro aire la saga, pero claro, se has sobeteado tanto estas películas que hablar de “renovarlas” son palabras mayores. Aún así, este nuevo acercamiento a Leatherface no me desagradó. Quizás lo más llamativo de “La matanza de Texas 3D” sea que a la hora de abordar el proyecto no se hayan decidido volver a contarnos la misma historia otra vez, es decir, volver a hacer un remake pero en 3D, sino que han decidido arrancar la historia justo después del final de la cinta original de 1974. De hecho, durante los títulos de crédito veremos algunos pasajes del mítico filme de Hooper, cosa que siempre es de agradecer, para después contarnos los acontecimientos vividos inmediatamente después. Así pues, tras ese breve prólogo en el pasado, la acción se traslada a nuestros días para contarnos las desdichas por las que debe pasar Heather Miller (Alexandra Daddario), una hermosa joven que descubre que es adoptada al recibir una herencia de su abuela y que consiste en una casa situada en Texas. Entonces Miller, dispuesta a saber más cosas sobre su pasado, decide viajar hasta el pueblo en el que se encuentra esa casa con la compañía de sus amigos, pero una vez allí se toparán con que su abuela escondía un secreto de lo más terrorífico en su interior.


La cinta tiene un marcado punto socarrón que la emparenta más con la segunda parte de la saga original que también dirigió Tobe Hooper, aunque el ambiente malsano de estas se cambia por un aire más chic y por  abundantes dosis de gore de diseño (algo que fue prácticamente omitido en las producciones de Bay), además de impregnar todo el metraje de un sentido del humor de lo más tontorrón. En las nuevas aventuras de Caradecuero, el grupito de chicos que la protagonizan no pueden ser más estúpidos (que ya es decir) y por lo tanto John Luessenhop, el encargado de realizarla, no pierde el tiempo en contarnos sus insignificantes vidas. En “La matanza de Texas 3D” no hay cabida para romanticismos ñoños (véase ese idilio que parece nacer entre el personaje de Daddario y el ayudante del sheriff encarnado por Scott Eastwood [hijo de Clint Eastwood ], que termina de una manera bastante asombrosa; la irrupción de un autoestopista que no aporta un carajo a la trama y que se cargan enseguida; o la infidelidad que surge entre el novio de Heather y su mejor amiga que, tal y como veremos, ¡no sirve para nada más que para llenar minutos de metraje!), pero aún así me parece una entrega divertida, que sabe jugar muy bien con la tensión y tremendamente sexy gracias a la oda que se le hace a los impresionantes cocos de la Daddario (¡atentos a ese encuentro final entre Caradecuero y la portentosa pechuga de esta belleza!). Además, por sí esto no bastase, Leatherface, el desgañitado y brutal deficiente que desfila de un lado a otro de la calle con su motosierra empinada, se erige esta vez como el antihéroe de la función con un puntito, eso sí, de retraso.



1 comentario:

FERNANDO RODRIGUEZ dijo...

De análisis los derroteros familiares de la saga, dignos de un estudio detallado. Es floja pero simpática. Me gustó verla porque me recordó esas pelis de terror que alquilabas en los 80 en los videoclubs en riguroso VHS. Los agujeros de guión entre secuelas ya resultan delirantes.