domingo, 3 de julio de 2011

EL ANTICRISTO 2 (MAGIC LONDON) (1989)





Magic London nos viene a contar las peripecias de un Inspector de policía de avanzada edad que todavía juega a los coches (encarnado por el carismático Victor Israel), que tiene que hacer frente a una siniestra secta satánica cuyo culto consiste en fornicar y asesinar mozalbetas en una suerte de reportajes sadomasoquistas, mientras que por otro lado, su hija (Mercè Fillola), le quiere encasquetar como yerno a Ken (Kenji Ayashi), un asiático karateka poco dado a las bromas, cosa que no parece gustarle demasiado. También pululan por el film un grupo de rock’n’roll llamado “Los Handicaps” y un misterioso ninja que echarán una mano a los polis con tal de aclarar todo este asunto.


Existen films cuyo principal valor radica en su calidad de “rareza” o de, si se me permite la expresión, “pieza de coleccionista”. El caso que nos ocupa es bastante diferente, ya que si bien es verdad que Magic London tiene ese estatus de película maldita e “inencontrable” cual film perdido de principios de siglo, la verdadera importancia de esta “stravaganza” la hayamos paradójicamente en su nula calidad técnica y artística. Y es que cada vez más se está extendiendo el culto al cine estrafalario y casposo, cuyo germen nace de la “sincera” nulidad de su “creador” en lo que respecta al buen gusto y los conocimientos del lenguaje cinematográfico. Está más que probado que uno puede pasar grandes momentos y disfrutar viendo películas cuya tramas imposibles, diálogos estúpidos y realizaciones pobres y atropelladas, convierten su visionado en una auténtica fiesta. No por menos, Cataluña ha sido una tierra muy pródiga en este tipo de cine, regalándonos auténticas obras maestras del despropósito, - ¿quién no recuerda la inefable Made in ChInA de John Liu o la trilogía que elucubraron Manuel Esteba y los hermanos Calatrava? -, que bien podrían situarse entre la cremme de la cremme de eso que se suele llamar “cine malo” o “bodrios”. Por consiguiente habría que encumbrar a Germán Monzó en el Olimpo de los peores (y por tanto, si lo miramos desde la otra perspectiva, mejores) directores de la historia del cine. Si a eso le añadimos que toda su filmografía como director (1) permanece (al menos de momento) inédita para el ciudadano de a píe - suponemos que para salvaguardar su salud mental o algo por el estilo -, su figura podría ser considerada por ese sector “todoterreno” de cinéfagos en continua expansión como la de uno de los realizadores de culto por excelencia. Así que una vez expuesto esto, como comprenderán, la reseña que viene a continuación no es otra cosa más que una mera recreación de algunos de los momentos cumbre de Magic London (El Anticristo 2), para que se puedan llegar a hacer una idea de lo que esta película ofrece. Vayamos por partes:

1.- Pese a su presupuesto ínfimo, Germán Monzó tuvo la valentía de trasladar la acción a Londres sin, obviamente, trasladarse ni él ni el equipo allí para rodarla. De ese modo, mezcla con un enorme esfuerzo imágenes de archivo rodadas en la capital inglesa, con material autóctono, consiguiendo que apenas se note la diferencia entre una y otra (¡esas cabinas telefónicas con el membrete “telephone”!). Aún así, hubo un pequeño detalle que se le escapó a Monzó: mientras que en las escenas rodadas en Londres los coches tiene el volante a la derecha, en España lo tienen a la izquierda. ¡¡Malditos fabricantes de coches!!

2.- Uno de los puntos más importantes de Magic London, lo podríamos encontrar en las diferentes subtramas que se van abriendo al espectador y que “sabiamente” nos son proporcionadas en cuenta gotas para despistarnos, pues tal y como veremos, no todas llegan hasta el final. Véase esa historia que parecía que sí, pero que no, en la que un tipo regordete -una mezcla entre el Pulga del Dúo Sacapuntas y Willy Montesinos -, le debe dinero a unos matones y Ken, el novio karateka, le salva en última instancia para, más tarde, comprobar que no vuelve a aparecer y ni si quiera se le nombra; o esa escalofriante escena en la que una vieja con pelos de loca sorprende al líder de “Los Handicaps”, - un grupo de rock’n’roll del bueno -, intentando lidiar una cópula con su estrecha novia. Vamos a ver… Si, la escena ya de por sí inquieta lo suyo y pone los pelos de punta, ¿pero qué pasa con esa anciana? ¿Qué pinta en todo este embrollo? ¿Por qué los observa escondida tras unos matorrales? ¿Se está haciendo un dedo, tal vez? Por no hablar de ese misterioso papel que se le cae del informe policial a Víctor Israel mientras desayuna unas magdalenas con leche. ¿Qué diablos debía poner en él? Oh, Dios… Son muchas las incógnitas que Monzó nos formula pero sólo unas cuantas quedarán resueltas… Según apuntan fuentes cercanas al rodaje (2), aseguran que durante el mismo se cambió el guión varías veces y que por ese motivo nos encontramos tanto desbarajuste. ¡Bah, malas lenguas que quieren desvirtuar el resultado de esta obra maestra!

¿Mick Jagger o Iggy Pop?
¿Los "Judas Priests"?
3.- La música es otro elemento muy, pero que muy importante en este film. No por menos, uno de los protagonistas es el líder de la referida banda de rock “Los Handicaps”, que incluso llegan a cantar algún tema durante la película. Pero por si eso no bastase, la malvada secta satánica está compuesta por unos personajes cuyo parecido se asemeja a algunos miembros de los grupos de heavy metal más importantes del mundo. ¿Quién sabe? Quizás Monzó quería rendir su particular homenaje a sus guitar heroes o algo así, ya que, si el líder de la secta (el anticristo del título) parece un sosias de Mick Jagger, el resto de la “banda” podrían asemejarse a Axl Rose, Alice Cooper e incluso a Camarón de la Isla

Sacalo todo Salva... ¡To'l pellejo pa'fuera!
4.- Quizás lo que más llame la atención de Magic London sea el sexo. Aquí Monzó se sirve de un erotismo de lo más hard que mezcla el sadomasoquismo con la violencia extrema. Nada más arrancar la película, por ejemplo, vemos a un sádico encapuchado que, mientras mantiene una cópula con una mozalbeta en posición “perro”, le corta la cabeza con un machete (¿estamos delante de un claro referente a una de las escenas más truculentas [que no la más] del polémico film de Spasojevic A Serbian Film?). De hecho, todas las escenas de ceremonias satánicas y demás, están adornadas con esta guisa, pero desde luego la que entabla un “descapuchado” Salvador Sainz con otra de las féminas es la que se lleva la palma. Y es que Sainz, a pesar de tener una pequeña aparición, consigue sacar todo lo que lleva dentro en una escena de porn torture (que no torture porn) que hiere la sensibilidad del espectador más experimentado.

5.- Otro de los elementos a los que recurre Monzó a lo largo de su carrera como director, es el de aderezar el conjunto con una pizca de artes marciales. No por menos, según cuentan (3) el realizador de Kibris viajó de bien pequeño a Hong Kong donde se forjó su mítica figura, para años más tarde volver a Barcelona para el rodaje de Los supercamorristas, junto a Jackie Chan, Samo Hung y Yuen Biao (miembros de “Los siete pequeños afortunados”), ni más ni menos. Por lo tanto, aquí disfrutaremos de unas escenas de acción tan increíblemente coreografiadas que ni Yuen Woo-ping, oiga. Además, en relación a las artes marciales disfrutaremos de uno de los momentos estrella del film: el momento en el que Oscar, el líder de “Los Handicaps”, aprende kung fu. Según nos cuentan en Magic London, la cosa es tan sencilla como comprar un libro de karate, leerlo a la mitad (pues te quedas dormido) y después soñar con un ninja que te da un colgante mediante el cual te transferirá todos sus conocimientos. Años más tarde este momento-aprendizaje sirvió de base para la famosa escena en la que Neo (Kenau Reeves) aprendía artes marciales mediante un programa informático que le metían en la quijotera durante la primera entrega de la trilogía cyber-punk de los hermanos Wachowski. Si, menuda chorrada, estas cosas sólo se le podrían ocurrir a los americanos, eh…

Pues bien, si a todo esto le añadimos un montaje cutre y mal enlazado que recurre una y otra vez al dichoso material de archivo londinense; unas interpretaciones que no merecen ni ser llamadas de este modo (salvo quizás la de Víctor Israel, que aunque no sea para echar flores, siempre se muestra convincente esté donde esté); y un humor de lo más estúpido en el que vemos retratado acertadamente la dualidad del cuerpo policial (esos inspectores tan serios… ¡jugando con coches de juguete!); dan como resultado una película que no es que ralle el amateurismo, no, lo traspasa y se muestra orgulloso de su calidad infantil. Pero no nos confundamos, infantil no por lo que cuenta, sino por como lo cuenta. Magic London es tan cándida y a la vez tan terrible que puede dejar descolocado al espectador más curtido en este tipo de films. Si…

¡Queremos Magic London y toda la filmografía de Monzó en DVD, ya! O al menos antes de que llegue el fin del mundo, al menos.
  1. Aparte de Magic London, en su haber como director cuenta con El poder de la venganza (1988), La pasión del mordisco (2002) y Kibris: la ley del equilibrio (2005), al menos que se sepan. Además, también ha participado en varios proyectos malditos de nuestro cine fantástico, entre los que se encuentran la controvertida El aullido del diablo (1988) de Paul Naschy, y El espectro de Justine (1986), inencontrable subproducto dirigido por el andorrano Jordi Gigó y protagonizada por Tony Isbert y Mercè Fillola. En lo que respecta a su faceta como “actor”, se le ha podido ver en films como Más allá de la muerte de Sebastià D’Arbó o la citada Los supercamorristas de Sammo Hung. (Fuente: cerebrin)
  2. Según la entrevista que recoge el blog Proyecto Naschy a Mercè Fillola. http://proyectonaschy.wordpress.com/2010/01/14/merce-fillola-karate-terror-german-monzo-y-mucho-mas/
  3. Según se nos explica el blog Cine Invisible, en unas declaraciones que, por lo que se intuye, indican que lo conocen bastante bien: http://desdemona.scoom.com/2009/12/22/german-monzo-y-magic-london/

    Reseña escrita para La Abadía de Berzano

8 comentarios:

Enrico dijo...

Germán Monzó en el mundillo del cine barcelonés lo llamaban "El Chino". Sus líos son épicos. El caso "Ricochet", por ejemplo.

Aqui dicen algo:
http://salvasainz.magix.net/public/index_12.htm

Salvador Sáinz dijo...

http://fantcast.blogspot.com/2011/07/juan-piquer-simon-mago-de-la-serie-b.html

Hay novedades respecto al libro de Piquer.
Por cierto ese bodrio del que hablas en este post te lo regalo.
Con Germán viví aventuras muy extrañas y novelescas. Absurdas, nonsense.

Lazoworks dijo...

Pues seguro que habría mucha gente interesada en saber esas vivencias "nonsense" que dice. Le animo a que las convierta en libro!

A ver si sale ese libro de J. P. Simón, que ya tengo ganas de leerlo.

Salvador Sáinz dijo...

Pues os dejo una:
En 1986 una productora de cuyo nombre no quiero acordarme me quiso contratar para que les escribiera un guión de Artes Marciales, ninjas y demás follones achinados. Para que me inspirara me pusieron un retrato de Jesucristo. El productor se encolerizó porque puse escenas eróticas que, según él, eran inmorales. Meses después tan puritano personaje apareció en todos los medios nacionales porque le habían contratado para coser a puñaladas el presidente de la Federación de Boxeo y fue a dar con sus huesos en la cárcel años después cuando lo capturaron en Brasil. Curiosa forma de entender la moralidad la de ese sujeto.

Lazoworks dijo...

Y si a la historia le pone usted datos y nombres ya sería la ostia!
Reitero mi proposición, haga un libro hombre! Cuente su paso por el cine con nombres y apellidos y con datos! Creo que estaría muy bien!
No existe mucha información al respecto y encuentro que tendría mucho valor.

Salvador Sáinz dijo...

Pues la productora es la misma de "Magic London" y el productor Juan José Gil.
Muchas de esas historias están en una web que subí a internet.

http://salvasainz.magix.net/public/

Salvador Sáinz dijo...

Por cierto. Monzó trabajaba como especialista en varias películas. Intervino en el spot de Freixenet con Christopher Reeve.
Juan José Gil, a quien antes he aludido, era también especialista.

Lazoworks dijo...

Muchas gracias por la info.
En cuanto pueda le hecho un ojo a aquello.