Sé que es arriesgado recomendar una película como Mange, ceci est mon corps del estadounidense Michelange Quay, ya que es una película lenta, con largas tomas y experimental sobre el hambre y la diferencia que existe entre los países occidentales y los subdesarrollados. En definitiva cosas que no interesan a casi nadie, por mucho que vayamos de buenos y hayamos enviado muchos sms mientras veíamos Mira quien baila en Televisión... Realmente muchos de nosotros no somos conscientes del verdadero calvario que viven algunas personas en el mundo.
La película empieza con una larga toma aérea con la que sobrevolamos una pequeña aldea y nos adentramos en el aspero terreno de Haiti, una bella isla del Caribe que es el país más pobre de América. Mientras sobrevolamos el terreno escuchamos unos gemidos de mujer. Segundos después descubrimos que una mujer va a dar a luz a una criatura, pero en su cara no se percibe ningún tipo de alegría, todo lo contrario, se intuye cierto sufrimiento que va más allá del dolor que le produce las contracciones. Rápidamente la acción se centra en un ritual vudú y el jolgorio de un pueblo, para más tarde adentrarnos en una enorme casa llena de habitaciones, en la que habitan una mujer mayor y una joven. La extraña mujer mayor nos mira en primer plano y nos dice que es la abundancia y que podemos comer de su cuerpo en una larga toma que pone los pelos de punta. Más adelante un grupo de niños entra en la casa. Los arreglan y los visten con corbatas y trajes. Pero lamentablemente no hay comida para ellos, por lo que la joven les pide que cierren los ojos y que se imaginen un montón de comida, ya que así es más divertido...
Mange, ceci est mon corps es una película difícil de ver, sin ninguna duda, pero aún así merece la pena verla. La película está cargada de imágenes oníricas que juegan un doble sentido. Un hombre negro que sirve a las dos mujeres de la casa y que tiene un alter ego albino; unos niños jugando a la guerra o una tarta devorada y desaprovechada por estos mismos; una mujer intentando dar el pecho a un bebe que no para de llorar o comiendo encima de un escenario mientras la observan un montón de gente; unos pianos de los que no sale música o unas negras haciendo música electrónica (si, si, con sus platos y todo)... Y todo ello contado, como he dicho, mediante largas tomas que van desde lo completamente onírico, hasta imágenes puramente documentales en las que podemos ver algunas fiestas características de Haití hasta los amplios mercados de sus ciudades.
Mange, cesi est mon corps que cuenta con la presencia de las actrices francesas Sylvie Testud y Catherine Samie, la podréis ver en la XIII Mostra de Cinema Africà de Barcelona que se celebra en la ciudad condal del 7 al 13 de noviembre.
2 comentarios:
No la conozco. Supongo que es una de esas películas para despertar la conciencia social y aplacar las de aquellos que tienen mucho y no hacen nada por el resto.
Lo que me pregunto es: destinarán la recaudación de esta película a paliar la situación que critican?
Salu2
Pues la verdad es que no lo sé, pero igualmente no creo que recaude mucho dinero...
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