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Me considero un gran seguidor de Guillermo del Toro, al cual sigo con gran admiración desde sus primeros cortos (Geometría me pareció excelente) y sobretodo desde su primera película, Cronos protagonizada por Federico Luppi y en el que aparecía un Ron Perlman al natural (sin cuernos y sin pintura roja por todo el cuerpo). Se podría decir que del Toro es uno de los directores que mayor potencial tiene a la hora de plasmar la imaginería fantástica, cosa que ha quedado más que patente en esa obra maestra llamada El Laberinto del Fauno (y El Espinazo del Diablo, aunque me gustan más Cronos y El Laberinto...).

Del Toro es capaz de salir adelante ante los proyectos más dificiles, como fue el caso de su batalla contra los Weinstein por Mimic, ya que consiguió colarles una de las mejores cintas de ciencia ficción de la última década. También dio cierta dignidad a la trilogía Blade, porque a mi que me perdonen, pero la primera entrega me pareció aburridisima, y de la tercera no me puedo opinar porque ni me he atrevido a verla (¿porque no contaron con él para la tercera?). En fin, que es un gran director y cada proyecto que realiza es cuanto menos interesante y entretenido.

En esta segunda parte de las aventuras del demonio rojo creado por Mike Mignola, Del Toro da más rienda suelta a su imaginería visual de lo fantástico y quedan sendas secuencias que quedarán grabadas en nuestra memoria, como la espectacular batalla contra ese monstruo del Bosque en mitad de la ciudad o la aparición del Angel de la Muerte (que casi me impactó tanto como la aparición de la Muerte, en Las Aventuras del Barón Munchausen de Terry Guilliam, otro visionario). Aunque bajo mi punto de vista la historia de esta entrega, es más superficial que la anterior y las cosas se resuelven muy facilmente (esa batalla final contra el Principe Nuada/Luke Goss, sabe a poco, o la manera en que Hellboy se libra de la muerte también).

En la película también se cuenta con la presencia del popular actor español Santiago Segura, más archiconocido por su reiterado papel de Torrente. Aunque en está película su aparición es casi anecdótica, un cameo (como también lo fue en la primera entrega de Hellboy), Guillermo contó con él para un papel con algo más de presencia en Blade II. Pero bueno, los distribuidores españoles han sabido suplir la poca presencia del actor español, utilizando su voz para el simpático personaje Johann Krauss (Seth MacFarlane, en la versión USA).