Gracias
a mi hijo estoy volviendo a ver muchos de los clásicos de Walt
Disney. Ya hablé con anterioridad de La Bella y la Bestia y de su
mensaje machista y carca, pero también he tenido el gusto de ver (y
rever) La Cenicienta, Blancanieves y muchas otras de estas películas
que han ayudado a instaurar en nuestras mentes una idea errónea de
lo que debe ser el "amor" (a primera vista, para más inri, en la
mayoría de casos). De todos ellos me llamó mucho la atención “La
bella durmiente” pues quizás es de los ejemplos más extraños que
ha dado la casa de Mickey Mouse y compañía, en lo que a cuentos de
hadas se refiere. Todo el mundo conoce la historia: una recién
nacida queda maldita por culpa del hechizo de una malvada bruja, que
la obliga a quedar perpetuamente dormida a la llegada de la pubertad
y no salir de ese estado de somnolencia hasta que un joven apuesto la
despierte al proferirle un beso de amor… VERDADERO. Cualquiera que
haya visto la película de animación podrá ver ciertos elementos
que desprenden cierto tufillo de lo más retrógrado: si observamos
la niña es aislada del mundo junto a tres viejas carcamales (y
asexuales), y cuando llega a los dieciséis años de edad se pincha
con el alfiler de una máquina de tejer (la sangre, clara referencia
a la menstruación) y solo saldrá de su letargo (es decir, seguirá
casta y pura) con la llegada de un casi desconocido que la besará y
con el que vivirá para siempre y serán felices y comerán perdices…
¡Los tiempos han cambiado, por Dios! Y Walt Disney creo que se va
dando cuenta de la cantidad de absurdeces que soltó en su momento y
está comenzando a mover ficha. ¿Si a la hora de adaptar esos
cuentos clásicos cambiaban o suavizaban los aspectos más turbios de
estos, por qué seguían manteniendo esos ideales de puro y
carajillo? Una compañía que está en la vanguardia de la animación
y de la que están saliendo obras maestras actuales y con ideas tan
renovadas como las que hemos podido ver en Toy
Story 3, Ratatouille o
Monstruos University
(tres películas que
personalmente me han gustado mucho y que también he tenido el gusto
de ver hace poco), no podía seguir manteniendo según qué criterios
en su haber. “¡Toca
lavado de cara!”, se
habrán dicho. Por lo que no me parece mejor ejemplo que Maléfica
para ello. Como decía, durante
décadas Walt Disney nos ha vendido una idea errónea de lo que era
el “amor verdadero” y esta cinta protagonizada por una espléndida
Angelina Jolie parece querer poner los puntos sobre las íes y a
llamar las cosas por su nombre, por lo que recomiendo encarecidamente
que antes de verla se le eche un pequeño vistazo a la película de
animación previa, pues el encanto de esta Maléfica
no radica tanto en el aspecto visual (al menos para un servidor… a
mí tanto efecto especial me acaba agotando) como el que consigue a
nivel de historia. Por fin, un cuento clásico adaptado a los tiempos que corren... ¡ASÍ QUE... BRAVO!
1 comentario:
Eso es lo que tenía Disney, por un lado tenía un lado oscuro representado por los malos de sus películas, lo mejor de ellas, y por otro era muy ñoño. De todas formas, hay que situarlo en su momento, en una época en que probablemente no se podía hacer otra cosa, aún más teniendo en cuenta a qué público estaban destinadas sus producciones. Para otra cosa distinta habría que irse a Ralph Bakshi y su gato caliente.
Un abrazo
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