jueves, 17 de julio de 2014

ENTREVISTA A TOBE HOOPER


Es bien seguro que todos los que asistimos al pasado “Nocturna” recordaremos en el futuro esta segunda edición como aquella que contó con la presencia de Tobe Hooper. La visita del cineasta texano al festival madrileño suscitó una impresionante expectación, sin apenas  parangón entre el resto de invitados. A lo largo de la semana, el director de Lifeforce. Fuerza vital se dio un auténtico baño de multitudes por parte de unos aficionados que en todo momento no dudaron en mostrarle su cariño, respeto y admiración. Algo que el norteamericano correspondió de forma agradecida haciendo gala de una exquisita educación, cercanía e infinitas toneladas de paciencia.
De entre los diferentes actos que protagonizaría, sin duda el más especial y significativo se encontraría en la sesión en la que se escenificaría la entrega del galardón honorífico “Maestros del Fantástico”, el cual recibiría entre sonoros aplausos de manos del mismísimo Leatherface. Terminado el consiguiente pase de su emblemática La matanza de Texas, coincidiendo con el cuadragésimo aniversario de su realización, Hooper se sometería a las preguntas de los asistentes, al igual que había hecho unas horas antes durante la presentación de la guía sobre su más trascendental obra y como, al parecer, volvería a repetir días después en la sesión Phenomena que cerraría el certamen y en la que se proyectaría su remake de Invasores de Marte. Entre medias no faltaron los encuentros con la prensa acreditada. He aquí lo que nos comentó:
 
¿Cuál fue su primer contacto con el género terrorífico?
Cuando era muy joven, tan solo un niño pequeño, había oído hablar de Frankenstein,y finalmente vi la película en una sesión de medianoche a la que me llevaron mis padres. Vi Frankenstein,pero también vi a la criatura de Frankenstein físicamente como parte del show que llevaban a cabo antes de la proyección. En todo caso, antes de ver la película ya sabía bastante de ese personaje por las historias que me contaba mi abuela, por lo que supongo que ésa fue realmente mi primera experiencia con el género de terror en general.

¿Podríamos decir entonces que usted eligió al género, o fue el género el que lo eligió a usted?
Creo que fue él quien me eligió, ya que mi primera película era políticamente muy activa, protagonizada por hippies con el pelo largo y sandalias, y con demostraciones acerca de cómo el gobierno nos mentía todo el tiempo acerca de la guerra del Vietnam, el Watergate, etc… Sin embargo, esta película, cuyo título eraEggshells y que creo que va a salir ahora editada en Blu-ray en el Reino Unido, no se vio prácticamente en ninguna parte. Su distribución se limitó a los campus de un par de universidades, pero no hice nada más con ella en aquel momento. O sea, no supuso mi billete de ida desde Austin hasta Los Ángeles o a Hollywood, por lo que tuve que pensar en hacer algo que llamara la atención y que además costara muy poco dinero. Fue por ese motivo que me decidí a rodar un film de terror.

Esa película de terror  a la que se refiere fue La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre), un film rupturista que ha marcado un antes y un después en el género fantástico. ¿Era consciente de la trascendencia que podía tener aquella película cuando la estaba rodando?
No, nunca sabía exactamente lo que estábamos haciendo, y desde luego jamás imaginé que el film aún seguiría interesando casi medio siglo después. Fue cuando estaba montándola cuando quizás fui consciente de lo diferente que era con respecto a todo lo que se había hecho hasta ese momento. Entendí que era una película muy original que no había visto en ningún sitio. Después funcionó muy bien, y fue muy influyente en el cine de terror que se hizo aquellos años; incluso el MoMa[1] la incluyó dentro de su colección permanente. Creo que sigue siendo una buena película, creo que sigue dando mucho miedo, y ahora, con la restauración y vista en  pantalla grande, no parece una película tan vieja en absoluto; parece que se rodó hoy, cuando en realidad tiene cuarenta años.

Como dice, resulta innegable su influencia en el cine de terror posterior. Pero, ¿qué referencias manejaba a la hora de darle forma? ¿Se encontraba entre ellas el film de Jack Hill Spider Baby, con el  que guarda algunas similitudes argumentales?
No he visto Spider Baby hasta hace tres o cuatro años. Lo que si me influenció fueron las películas de terror de la Hammer, que me encantan. Adoro La maldición de Frankenstein y su Drácula, que creo fue el segundo film de la Hammer, y me enamoré inmediatamente de esas películas y de su imaginación. Quizás vistas ahora no sean tan geniales como cuando las veías de niño, pero están hechas con un cariño y una delicadeza que traspasa la pantalla. Me encanta sobre todo la relación entre Peter Cushing y Christopher Lee en estos films.


Cuando años después dirigió La matanza de Texas 2, muchos aficionados le criticaron su tono gamberro y sarcástico en contraste con el realismo documentalista de su predecesora. ¿A qué se debió este cambio de tratamiento que, por otra parte, se haría extensible al resto de sus futuros trabajos?
La película original era un reflejo bastante fiel a mis tiempos en Texas. Yo era un hippie con greñas y sandalias en la Universidad que tenía un compromiso político, y al que gaseaban con gas lacrimógeno en el campus. Y de algún modo en el trasfondo de la película estaba todo aquello. Luego en cambio los ochenta fue una época distinta, mucho más opulenta y de riqueza; hubo un cambio político. Una película como El club de los cinco (Breakfast Club, John Hughes, 1985) no estaba mal, pero me parecía un poco tonta. En la primera no había gore, pero para la segunda conté con Tom Savini y posiblemente sea la película más gore que ha hecho. En los ochenta el cine de terror normalmente contenía mucho gore y ese fue el principal motivo por el que hay más sangre en esta segunda parte. Para mí fue como hacer una declaración de principios sobre lo que eran los ochenta.
Por otro lado, en la primera parte había un poco de todo. Estaba James Siedow, que hacía el papel de chef y que venía de hacer teatro interpretando obras de Shakespeare. También me proveí de actores recién salidos del departamento de teatro de la Universidad, como es el caso de los personajes del autoestopista o de Franklin. En cambio, Henry Faulk era un profesional y amante del cine. Había hecho pequeños papeles en títulos como Lovin’Molly, un film que Sidney Lumet había filmado en Austin. También estaba Marilyn Burns, que de igual modo salió de la Universidad y a la que se le daba muy bien gritar y hacer la histérica. En general, fue una mezcla de gente amateur y profesional, algunos de los cuales habían participado en mi primera película. Después en la segunda parte, aunque también recurrí a James Siedow, teníamos a actores de la talla de Dennis Hopper, al disponer de mucho más presupuesto.
Instante de la rueda de prensa de presentación de la guía de "La matanza de Texas". A la derecha su autor, Rubén Higueras, y en el otro extremo de la mesa el director de "Nocturna", Luis Rosales.
Instante de la rueda de prensa de presentación de la guía de “La matanza de Texas”. A la derecha su autor, Rubén Higueras, y en el otro extremo de la mesa el director de “Nocturna”, Luis Rosales.
En contra de lo que pudiera parecer en un principio, tras el fulgurante éxito que significó La matanza de Texas, lo cierto es que le costó asentarse en la profesión.  ¿El haber realizado semejante obra maestra en su segunda película pudo de algún modo mediatizar la evolución de su carrera?
Cuando fui a Hollywood me di cuenta de que, si cometes el error de hacer una cosa bien, eso es todo lo que quieren que hagas. En mi caso, hasta 1999 no pude salirme de los márgenes del género hasta que finalmente conseguí hacer una comedia para Showtime titulada Apartamento maldito (The Apartment Complex), lo cual fue muy divertido de realizar para mí. Pero, ya digo, si tienes mucho éxito en un género definido te cuesta mucho apartarte de él… a menos que seas multimillonario. Entonces, puedes hacer lo que te dé la gana, claro.

En este sentido, no es ningún secreto que a lo largo de su carrera ha tenido que abandonar varias películas por diferencias con los productores. ¿Se ha sentido coartado por la industria y de algún modo ha sido esta circunstancia la que le ha llevado progresivamente a trabajar más en la televisión que en el cine?
No tiene nada que ver. Algunas veces ni siquiera llego a trabajar con los productores o tengo un contacto directo con ellos. Por otra parte, cuando hago televisión es porque es la televisión que quiero hacer, o tiene algo especial. Incluso hice un episodio de El ecualizador [n. del a.= Se refiere al capítulo titulado “No Place Like Home”] que fue una de las primeras series en exponer la situación de los sin techo en Estados Unidos, porque de la forma en la que estamos viviendo parece que la clase media está condenada a la desaparición, da la sensación que en el futuro solo habrá súper ricos.
Pero, en fin, la verdad es que, volviendo a los productores, me encanta cuando tengo un gran productor y, ¡Dios mío!, odio cuando alguien solo quiere entrometerse, porque soy tan apasionado en mi forma de trabajar que trato de no hacer siempre las mismas cosas y me gusta ser libre para no hacer siempre lo mismo una, otra y otra vez. Hay muchos directores que si algo les funciona estilísticamente hacen la misma maldita película una y otra vez, y así, si ponemos todas sus películas juntas, toda su obra en realidad parece igual, quizás porque están demasiado enfocados en ser originales o tienen una visión más a largo plazo de lo que será su carrera.

A lo largo de su trayectoria ha utilizado de forma frecuente novelas y relatos literarios como base para dar forma a varios de sus films. ¿Cómo es su forma de trabajar en estos casos a la hora de adaptar los originales? ¿Procura ser fiel a la visión del autor?
Bueno, en el caso de El misterio de Salem’s Lot me encantaba el trabajo de Stephen King, y el mayor desafío era que la duración debía ajustarse a dos horas y media, y así no había manera de transformar ese libro en una película de dos horas. El vampiro por sí mismo está muy bien, pero necesitaba que todo lo que rodeaba aSalem’s Lot fuera creíble para que después la llegada de Barlow a la mansión Marsten fuera lo más efectiva posible. Incluso reduciéndola a tres horas y media no pude evitar perder la secuencia de la experiencia de niñez de Ben Myers cuando ve a Marsten colgado en la mansión. Había algo en ese pedazo de tierra, donde la casa fue construida (estoy hablando de mi interpretación, claro está), que es como un imán que atrae todo lo maligno hacia ella. Es casi como una versión negativa del monolito de 2001: una odisea del espacio. Es algo que está presente en todo el trabajo en general de Stephen King, no solo en Salem’s Lot. Puedes sentir que hay algún tipo de fuerza que atrae las tinieblas hacia ella.
En cuanto a Alianza macabra (The Mangler),a la hora de adaptar el guion partíamos de una historia de tan solo doce páginas, así que todo lo que pudimos hacer era usar al personaje del policía y enfrentarlo al Mangler, que es esta especie de demonio-dragón; es decir, me vi en la obligación de expandir el breve relato original.
Para “La cosa maldita” (The Damned Thing), basada de nuevo en una historia bastante corta, esta vez de Ambrose Bierce, contraté a Richard Matheson Jr., quien también se encargó del guion de mi otro capítulo para Masters of Horror, “El baile de los muertos” (Dance of the Dead),basada en un relato de su padre.Intenté hacer “Dance of the Dead” lo más realista posible, y cuando Richard Matheson vino al set y vio the doom room [n. del a.: la habitación de la muerte] exclamó: “Dios mío, ¿qué es lo que he hecho?”. En “The Damned Thing”también  tuve el propósito de que todo pareciera auténtico. Había ese gran monstruo de aceite, que puede interpretarse como una metáfora de algo más, que sale de las entrañas de la tierra y que también es pura maldad.


Otra de estas adaptaciones sería la que llevara a cabo con LifeforceFuerza vital según la novela Los vampiros del espacio, cuyo autor, Colin Wilson, expresó su desacuerdo con la versión final de la película, a pesar de que él mismo había escrito el libreto.¿Qué es lo que sucedió?
Tengo una carta de Wilson en la que me confiesa lo mucho que le había gustado la película, así que quizás cambió de opinión luego, no lo sé. También se quejó de la elección de Mathilda May como protagonista, diciendo que ella no era la elección perfecta. He de decir que vi a un montón de jóvenes actrices por todo el mundo para dar vida a este personaje, y no era capaz de encontrar a la chica, hasta que un agente de París me habló de una bailarina de dieciocho años que debería ver, y así fue como conseguí dar con ella.

Una de las características de su cine sobre la que no se suele hablar son sus referencias a otros films clásicos. Se me ocurren los ejemplos de la propia Lifeforce, cuyo último tramo guarda ciertas similitudes con el de ¿Qué sucedió entonces? (Quatermass and the Pit) o el  final de Combustión espontánea (Spontaneous Combustion), con todos esos cuerpos quemándose y Jon Cypher vestido de negro de forma similar a Vincent Price en Los crímenes del museo de cera (House of Wax),  cuyo director, André De Toth, aparece en la película interpretando un pequeño papel de doctor. Ni qué decir tiene que todas estas similitudes son totalmente premeditadas…
En efecto. Cuando hice Lifeforce estaba haciendo en realidad una película al estilo de Quatermass, ya que la verdadera intención de Colin al escribir la película era hacer una especie de producción Hammer de gran presupuesto. Así que sí, el universo Quatermass fue una gran inspiración para Lifeforce. Ahora bien, pienso que hay una película que podría ir en un programa doble con Lifeforce, y esa es Showgirls. Recuerdo lo quea la gente le sorprendió en su momento que hubiera una mujer desnuda paseándose todo el tiempo por ahí. Creo que sería un buen programa doble.

Como colofón, me gustaría que nos comentara acerca de uno de sus proyectos menos conocidos, ya que, según parece, fue uno de los candidatos barajados para hacerse cargo de Batman antes de que este terminara recayendo en manos de Tim Burton. ¿Cuáles fueron las causas para que finalmente rechazara realizar esta película?
El guion no era bueno. No era el mismo que más tarde rodó Tim Burton. No sé por qué me llegó, pero por esa época me mandaban muchos guiones y recuerdo que éste en concreto tuvo varias versiones. Hubo muchos problemas, cambiaron al guionista… De todas maneras ya digo que era algo bastante diferente a lo que luego fue la exitosa película de Tim Burton. Pero sí, puedo decir que yo tuve en mis manos el primer guion que se escribió para una película de Batman.

Traducción: José Manuel Romero Moreno
Fotografías: Juan Mari Ripalda, Jesús Palop & José Luis Salvador Estébenez
[1] Museo de Arte Moderno de Nueva York.

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