El “slasher” es uno
de los subgéneros de terror que menos ha avanzado desde que allá a
finales de los setenta Bob Clark definiera un patrón a seguir con
“Black Christmas” (después mejorado por Carpenter en “La noche
de Halloween”). Es decir, un cuento de terror que tiene normalmente
como protagonista a una joven (a poder ser virginal) que verá como
sus dudas morales (y católicas), toman forma de asesino en serie
que, a modo del hombre del saco, asesinará a todos y cada uno de sus
amigos/compañeros (que en realidad son los propagadores de estos
conflictos). Hemos visto cientos de veces como el único personaje
casto que mantenía sus principios ha conseguido salir con vida,
manteniendo en la mayoría de los casos unos principios de lo más
carcas y que para nada tienen algo que ver con los nuevos tiempos que
corren. Ha habido muchos, variados y sobre todo, muy interesantes
ejemplos desde entonces, pero muy pocos se salían de la norma o
intentaban reinventarlas. Estamos de acuerdo en que algunas lo
consiguieron – pongo de ejemplo, “Inocentada sangrienta”, mi admirada "Intruso en la noche" o incluso la
saga “Scream”-, pero aún así no encuentro que fuesen todo lo
“sorpresivas” que debieran si tenemos en cuenta eso de salirse de
la "norma". Ahora estamos en pleno siglo XXI… y aunque en el
cine de terror actual no cese de mirar (quizás demasiado) a la
década de los setenta y ochenta, la constante del “slasher” ha
dejado de estar desgastada para pasar directamente a dejar de tener
sentido. Pocas cintas consiguen alejarse de sus predecesoras para
actualizar sus pautas a los tiempos que corren. Sin ir más lejos,
tan solo se me ocurren tres ejemplos más o menos actuales que me han
parecido pasmosamente adecuados a nuestros tiempos: una es la
película israelí “Rabies” (de los directores de “Big Bad
Wolves”, recientemente estrenada en salas) de la que ya he hablado
en más de una ocasión; otra sería “Tú eres el siguiente” de
Adam Wingard, actualización en clave indie del género con una súper
final girl de padre y muy señor mío; y la última (y filme
en cuestión del cual os quería hablar) es “Mischief Night” de
Travis Baker. Lamentablemente si cuento algo destrozo la película y
no es cuestión de ir jodiendo al personal a troche y moche. De
hecho, creo que advirtiéndoos de que este film intenta romper con el
“slasher” standard ya es un spoiler en toda regla, así
que lo siento mucho. En todo caso, ya que estoy, algo tendré que
escribir, así que sí, efectivamente, esta película rompe y de qué
manera con sus predecesoras y mira a su final girl
protagonista (Brooke Anne Smith) con unos ojos más actuales y, ante
todo, originales. Y aunque es de agradecer, estos cambios a veces tan
bruscos en una película de estas características puede resultar un
arma de doble filo. El peligro que corre “Mischief Night” es que
el espectador (y fan de este tipo de cintas) desconecte. Lo que Baker
propone al consumidor asiduo del “slasher” es meterte de lleno con un inicio cargado de clichés desgastadísimos y/o guiños (enmascarado acechando a
niñera durante la noche previa a Halloween, llamadas acosadoras y hasta la aparición de Malcolm McDowell, que también apareció en los dos "Halloweens" de Rob Zombie, ni más ni menos), para
después abandonarlo bruscamente y luego volver a él en el último
acto del film, aunque de una manera mucho más cerebral que visceral
(por llamarlo de algún modo). Es por eso que, aunque muchos arruguen
la nariz, y muy a pesar de que a mí mismo me pareció demasiado
heavy la manera en la que Travis rompe con el género, “Mischief
Night” pueda ser considerada como un “slasher” actual y
consecuente con los tiempos que corren. Quizás el que más. "Mischief Night" es un golpe en los morros dirigido a un público habitual que, aunque no se comprendo de primeras, debería
dársele el mérito que se merece. Aunque sólo sea por su valentía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario