En “Los elegidos” vuelven a introducirnos en el seno de una
familia estadounidense que comienza a notar/ver indicios de la presencia de
seres de otra galaxia en nuestro planeta… bueno, más concretamente en su hogar.
De hecho, al poco que empiezas a ver “Los elegidos” te das cuenta que la
coletilla que luce su cartel – y que saca a colación que los productores de la
cinta son los mismos que los de “Insidious” y “Paranormal Activity” -, no es un
mero apunte informativo. Efectivamente “Los elegidos” está enfocada a una corriente
mucho más terrorífica que otros ejemplos de su misma temática y en cierto modo
está más emparentada con las películas de James Wan y Oren Peli que a otra
película de invasiones alienígenas vistas desde el punto de vista de una
familia occidental normal y corriente: “Señales” del Master M. Night Shyamalan. En este, el tercer largo de Scott
Stewart, nos topamos con extraños sucesos paranormales e incluso con una suerte
de “posesiones” a los integrantes de la familia. Por no faltar no falta el
hecho de que los niños sean los primeros en ver el peligro (algo bastante
habitual en las películas de fantasmas y casas encantadas) y que éstos luzcan
marcas y misteriosos estigmas tras haber sido “poseídos” por los
extraterrestres. Por otro lado, tanto en “Insidious” como en “Paranormal
Activity”, se comenzaba con una crisis familiar que visto de forma alegórica parecía
desencadenar los terroríficos acontecimientos que sufrían sus integrantes a
continuación. En ambas también se pedía ayuda a médiums (o al menos eso se
pretendía sin éxito, en el caso de “Paranormal Activity”), así que en “Los
elegidos” no puede faltar ese experto que intenta ayudar y aconsejar a los
Barret sobre los extraños acontecimientos que están viviendo, interpretado por
un genial (aunque algo desaprovechado) J. K. Simmons. Más cosas: si en
“Insidious” la pareja central sufría el desgaste del paso de los años que
ocasiona el matrimonio y la mujer, debido a la poca ayuda de su cónyuge, tenía
que abandonar su trabajo como compositora para hacerse cargo de sus hijos,
en “Los elegidos” los Barret, atraviesan
un bache debido a la precaria situación económica por la que atraviesa el mundo
(el padre de familia está en el paro y su esposa, una vendedora inmobiliaria,
tiene ciertos reparos a la hora de vender una casa a otras familias). Sin
embargo, hay algo sustancialmente diferente entre “Los elegidos” y sus hermanas
fantasmagóricas: y es que mientras que en la otras, esas crisis de las que
hablaba son resueltas (o no) al final de la cinta, en “Los elegidos” sus
protagonistas parecen solucionarlos antes de lo previsto. El padre logra un
puesto de trabajo y un poco más tarde, su mujer decide vender esa casa que tan
poco le convencía a una pareja. ¿Cuál es la verdadera crisis que sufren los Barret
entonces? La dificultad que atraviesa la familia y que nos plantea el film viene representada por el
peligro que corren los hijos, puesto que los extraterrestres en cuestión “roban”
niños. Y esta es la gran moraleja que nos presenta la película (SPOILER): a los hijos no hay que protegerlos cuando llega la amenaza, si no mucho antes. Es decir,
Stewart nos intenta explicar que la educación y los valores que les demos a
nuestros hijos deben estar desde el principio porque sino no habrá solución
posible para ellos el día de mañana (o será más difícil recuperarlos). En definitiva, “Los elegidos”
es una película de ci-fi/terror muy bien narrada, que te mantiene en tensión y,
lo más importante, llena de detalles que te hacen recapacitar. ¡Bravo!
1 comentario:
Hay que ver lo guapa que se ha puesto Felicity desde que va de chunga, me tiene enamorado en The Americans, sólo la veo por ella.
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