Como viene siendo
habitual, he aquí un listado con lo mejor que nos ha dejado el año.
Las siguientes películas no se rigen por ningún orden específico
(o tal vez sí, no lo sé, pues tiro de memoria), simplemente destaco
lo que más me ha gustado de todo lo visto durante este 2013 que ya
nos deja. Como siempre advierto que esto sólo es un simple listado
más para que quien quiera le eche un vistazo. ¡Feliz 2014!
The Master (Paul
Thomas Anderson, 2013): Como viene siendo habitual, Thomas
Anderson se sirve de la realidad para facturar otro pepinazo de Padre
y muy Señor mío. En este caso se arma de una cámara de 65 mm y
ahonda en la Cienciología y en la figura de su creador L. Ron
Hubbard - aunque transformados para la ocasión en el Dr. Lancaster
Dodd y “La Causa” para evitar susceptibilidades -, y su
mundo de manipulación y locura gracias a las magistrales
interpretaciones de Philip Seymour Hoffman y un Joaquin Phoenix que
sólo por verle actuar, ya merece la pena ver esta película.
Django Desencadenado
(Quentin Tarantino, 2013): Aunque no creo que estemos ante su
película más redonda, este mix entre el cine blaxploitation
y el spaghetti western, tiene alguna de las escenas más
brillantes, divertidas y mejor escritas de toda la filmografía
tarantiniana, además de ser el enésimo intento de modernizar
un género tan clásico como lo es el western. Samuel L. Jackson,
Chistoph Waltz, Jamie Foxx y sobre todo Leonardo Di Caprio, regalan
unas actuaciones que quitan el hipo.
El atlas de las nubes
(Tom Tykwer, Andy y Lana Machowski, 2012): Pocas películas
encontraremos tan épicas y libres como “El Atlas de las nubes”.
Este desfile de disfraces en la que los actores que intervienen
cambian continuamente sus papeles (incluso cambian de sexo y raza),
relata seis historias ambientadas en diferentes épocas (1849, 1936,
1973, 2012, 2144, 2321) que tienen el karma y la opresión como telón
de fondo. Una obra maestra a revisar continuamente, pues con cada
visionado encontramos más y más detalles.
Vacaciones en el
Infierno (Adrian Grunberg, 2012): Se habla mucho de que los
ochenta vuelven y con ellos las películas de acción de la época
(sobre todo gracias a películas como “Los Mercenarios” con
Stallone y Cía.)… Pero entonces llega esta película protagonizada
por Mel Gibson ambientada en una cárcel mexicana, y es cuando nos
damos cuenta de que no es necesario caer en la (auto) parodia para
hacer un buen film de acción con aroma ochentero. Así, casi mejor.
Sinister (Scott
Derrikson, 2012): los productores de “Paranormal Activity” y
“Insidious” nos están ametrallando continuamente con películas
de terror, casas encantadas e incluso con films de ci-fi con
idénticos ingredientes terroríficos (ver “Los elegidos”), y la
verdad es que no lo hacen nada mal. En esta cinta, Ethan Hawke
encarna a un escritor que intenta averiguar el misterio que se
esconde tras unos extraños crímenes acaecidos en la casa en la que
viven él y su familia y que están debidamente registrados en unos
rollos de película escondidos en el trastero.
Los elegidos (Scott
Stewart, 2013): impresionante ejemplo de ci-fi y terror - que
como ya decíamos unas líneas antes retoma el esquema de películas
de casa encantadas rollo “Paranormal Activity” -, aunque esta vez
hay por ahí unos extraterrestres malotes y roba-niños que pondrán
patas arriba a la familia Barret. Dosis de tensión bien administrada
a lo largo de la cinta y un final de aplauso, hacen de “Los
elegidos” la masterpiece que es.
Expediente Warren: The
Conjuring (James Wan, 2013): Y qué mejor manera de cerrar esta
trilogía de películas de casas encantadas que con esta historia
basada en hechos reales y sacada de los archivos de Ed y Lorraine
Warren, una especie de exorcistas/investigadores privados de lo
paranormal, que según parece lograron salvar a la familia Perron de
un peligroso demonio. Aquí James Wan se deja de trenes de la bruja y
atracciones de feria como lo fueron “Insidious” o la muy
interesante (y reivindicable) “Silencio desde el mal”, y se
vuelve de lo más formal con este clásico instantáneo del cine de
terror que, eso sí, peca de ser bastante cobarde (SPOILER:
¡no muere nadie!).
El último desafío
(Kim Jee-Woon, 2013): Aunque la verdad es que de todo el conjunto
me sobra Johnny Knoxville, este retorno de Schwarzenegger en un papel
protagonista no podía ser mejor. Y es que tras las cámaras
encontramos al surcoreano Kim Jee-Woon, realizador que ya desenvolvió
la mar de bien en las escenas de acción de “El bueno, el feo y el
raro” o “Encontré al diablo”, y que aquí nos ofrece otro
ejemplo de buen cine de acción con aroma ochentero y guiños a
filmes como “Punto límite: cero”. ¡Ah, lo olvidaba! Y Eduardo
Noriega, que hace del malvado de la función, está para quitarse el
sombrero.
V/H/S 2 (Simon Barrett
[Tape 49], Jason Eisener [Slumber Party Alien Abduction], Gareth
Evans y Timo Tjahjanto [Safe Haven], Gregg Hale y Eduardo Sánchez [A
ride in the Park], Adam Wingard [Phase I Clinical Trials], 2013):
Si algo encontramos en esta segunda parte de V/H/S que no hallábamos
en la primera, es cierta homogeneidad en la calidad de las historias,
ya que tal y como ocurría en la anterior entrega, después del
despegue de la primera historia la cosa iba más bien de capa caída.
Pues bien, en ésta, salvo la correspondiente y simplona historia de
transición que une los diferentes sketches de terror, nos
topamos con unos relatos la mar de interesantes de los que sobresalen
“A ride in the park” y “Slumber Party Alien Abduction”, y por
encima de estos (que ya es decir) “Safe Haven”, enfermizo
mockumentary que nos mete de lleno en el seno de una secta
satánica y un climax final lleno de adrenalina. No por menos, este
corte lo firma Timo Tjahjanto (“Macabre”) y Gareth Evans (de la
súper potente “Redada asesina”).
El vuelo (Robert
Zemeckis, 2012): Denzel Washington está inconmensurable como el
piloto de avión borracho y drogadicto que logra salvar un vuelo del
desastre absoluto. Zemeckis, un director al que injustamente nunca le
he prestado la suficiente atención (a pesar de los grandes títulos
que componen su filmografía), nos mete en una historia de redención
y paz interior que debería ver todo el mundo. IMPRESCINDIBLE.
Mi loco Erasmus (Carlo
Padial, 2012): Esto del post-humor trae cola pues últimamente
nos está dando muchas, pero que muchas sorpresas y alegrías. Carlo
Padial nos mete de lleno en este falso documental sobre el fracasado
intento de un frustrado director por retratar el inquietante mundo de
los Erasmus. En la cinta participan el todoterreno Miguel Noguera y
un carismático y desquiciado Didac Alcazar tocado por los ángeles.
“Mi loco Erasmus” es una de esas comedias de risa difícil pero
verdadera. Yo de mayor quiero ser como tú, Didac Alcazar.
Gente en sitios (Juan
Cavestany, 2013): Actualmente en las carteleras españolas,
“Gente en sitios” es eso: gente en sitios. Un rompecabezas de
situaciones sin sentido que, curiosamente, forman un conjunto la mar
de sólido. Además cuenta con un numeroso plantel de actores y
actrices patrios que va desde Santiago Segura a Didac Alcazar (sí,
otra vez), pasando por Maribel Verdú, Ernesto Sevilla, Eva Llorach o
la casi olvidada y estupenda Silvia Marsó. Otro ejemplo más de
post-humor. Para aprender a reír.
El hombre de acero
(Zack Snyder, 2013): La verdad es que la última revisión de
Superman ha levantado bastantes ampollas. Y es que el hecho de que
nos topemos con un hombre de Krypton, más violento y no tan
altruista como en otras ocasiones no parece haber contentado a mucha
gente y sobre todo (redoble de tambor) a sus más acérrimos
seguidores. A mí sin embargo me parece una buena manera de reiniciar
la saga y estoy convencido que nos puede ofrecer alguna que otra
sorpresa más en las posteriores entregas.
Al Pereira vs. The
Alligator Ladies (Jesús Franco, 2013): Nos encontramos ante el
testamento fílmico de uno de los directores más infatigables y
liberales del cine mundial. Su libertad a la hora de contar películas
lo llevó a la autoexclusión pero en su camino ha dejado una
filmografía llena de hallazgos que merecen ser descubiertos. Esta,
su última película, es un collage de humor, erotismo y
metacine no apto para espectadores remilgados que no tienen ganas de
experimentar. Jesús Franco nos dejó, pero lo hizo dejándonos un
pedazo de anti-obra maestra del anti-cine (o algo así). (Además,
por si fuera poco, no puedo evitar hacer un poco de autobombo, puesto
que “Jenny”, uno de los últimos cortos del “troncho-cinéma”,
se encuentra oculto entre los numerosos extras que contiene el DVD y
BD… ¡Regálenselo para reyes, bribones!).
The girl (Julian
Jarrold, 2012): Este año nos hemos topado con dos biopics
de Alfred Hitchcock que abordan los rodajes de dos de las películas
más singulares de la filmografía del realizador británico. Una es
“Hitchcock” con Anthony Hopkins, que abordaba el difícil parto
que supuso “Psicosis”, y la otra “The girl”, con Toby Jones y
que nos mete de lleno en la tortuosa relación del mago del suspense
y la actriz Tippi Hedren, durante los rodajes de “Los pájaros” y
“Marnie, la ladrona”. Aunque ambas películas son muy
interesantes, yo me quedo con este telefilme y la prodigiosa
recreación de Jones como Hitch y Sienna Miller como la Hedren.
Pacific Rim (Guillermo
Del Toro, 2013): Este homenaje a los kaiju eiga y Mazinger
Z (¡y que nada tiene que ver con los Transformers, por Dios!) se ha
salvado por los pelos en la taquilla, pero es una de los espectáculos
más impresionantes que se han podido ver en pantalla grande
últimamente y es un blockbuster del todo personal que nos da
muchísimas razones por las que seguir amando a un director tan
importante como Guillermo del Toro.
Gravity (Alfonso
Cuarón, 2013): Y ya que hablamos de ci-fi y directores
mexicanos, he aquí otra muestra de buen cine e increíbles efectos
especiales a cargo de otro grande: Alfonso Cuarón. Sandra Bullock se
mete en la piel de una astronauta en su primera misión en el
espacio, y allí deberá aprender a superar muchos problemas y
obstáculos (no solo físicos, sino además psíquicos y
espirituales) para sobrevivir y aprender el verdadero valor y sentido
de la vida. Una de las pocas películas que me he atrevido a ver en
3D (odio el 3D), y que verdaderamente vale la pena ver en ese
formato. Clooney y sobre todo Bullock están de fábula en esta
suerte de parto metafísico y espacial.
Trance (Danny Boyle,
2013): Pocos directores pueden resultar tan optimistas como
Boyle. Los que hayan visto “Trainspotting”, “Slumdog
Millionaire” o “127 Horas”, sabrán de lo que les hablo. La
siempre bienintencionada mirada de Boyle convierte el típico
thriller de cine negro, con robos, numerosos engaños y una femme
fatale, en una estrambótica película de amor e hipnotismo, en
la que la femme fatale es reconvertida en femme victime
(no sé si existirá esta expresión [¿?]) y un final más que
improbable, pero que, ¡qué demonios!, nos dibuja una sonrisa en los
labios. Bueno, también hay que decir eso de que la escena de Rosario
Dawson con su vello púbico rasurado es antológica.
Passion (Brian De
Palma, 2012): La última obra maestra de Brian De Palma sigue sin
disfrutar de estreno por estos lares. Una lástima porque De Palma
remakea a su manera “Crime d’Amour”, y vuelve a partir
la pantalla en dos, a ponerse tramposo y a ofrecernos una historia
imposible llena de asesinatos, amour fou y traiciones. Aunque
el cine está como está por aquí, queridos exhibidores, esta
película merece la pena así que hagan algo al respecto, por favor.
Bienvenidos al fin del
mundo (Edgar Wright, 2013): Qué grata sorpresa me llevé con
este film y cuanto me divertí viéndola. Tanto que me dieron ganas
de salir corriendo, ir de bar en bar, beber todo lo que pudiera y
cruzar los dedos para que una horda de invasores de otra galaxia
intenten apoderarse del mundo. Por cierto, Simon Pegg de diez.
Juerga hasta el fin
(Evan Goldberg y Seth Rogen, 2013): Creo que esta es la comedia
más divertida del año. Bueno, al menos creo que es la película con
la que más me he reído estos últimos meses. Seth Rogen, James
Franco, Jonah Hill, Jay Baruchel, Danny McBride y Craig Robinson, no
ofrecen una feroz caricatura de sí mismos mientras el mundo se va a
tomar por el culo. Pero es que además por ahí salen Emma Watson,
Rihana, Chaning Tatum y un Michael Cera totalmente desaprovechado
(¡¡DEBERÍAN HABER ALARGADO UN POCO MÁS SU PAPEL!!). Un despiporre
que combina a la perfección con “Bienvenidos al fin del mundo” y
así hacer una doble sesión de ensueño.
Turistas (Ben
Wheatley, 2012): Este año se ha estrenado una de esas perlas de
incalculable valor que están llenas de humor negro. La culpa de todo
la tienen Steve Oram y Alice Lowe (dejemos a Wheatley al margen),
pareja protagonista del film y hacedores de un libreto brillante y
repleto de mala baba. Lo intenté de veras, pero me resultó
imposible escaparme del poderoso magnetismo que luce Alice Lowe en la
pantalla, ¡ESTOY ENAMORADO DE ESTA MUJER!
Only God Forgives
(Nicolas Windg Refn, 2013): Wing Refn sigue destruyendo la figura
del héroe que tan bien le funcionó junto a Ryan Gosling en “Drive”,
y en esta ocasión nos traslada a Tailandia para inmiscuirnos en un
bello y onírico relato de redención y castigo. Especial atención a
Kristtin Scott Thomas como madre “qué coraje” (que no “madre
coraje”).
Big Bad Wolves (Aharon
Keshales y Navot Papushado, 2013): Dice Tarantino que “Big Bad
Wolves” es la mejor película del año. Pues bueno, ¿quién
cojones soy yo para llevarle la contraria? Bueno, fuera bromas, este
thriller es uno de los más importantes y que más me han gustado del
año. Bravo por Keshales, Papushado y… ¡Lior Ashkenazi, que hace
un papelón!
Simon Killer (Antonio
Campos, 2012): Ambientada en París, “Simon Killer” es una
pieza única. Brady Corbet, el actor protagonista, se mete en la piel
de Simon, una especie de psicópata sentimental que dejará diversas
“víctimas” durante su estancia en la capital francesa. Apenas
nadie ha hablado de ella, pero el segundo largo de Campos (el primero
fue la aburridilla “Afterschool”) es toda una experiencia
audiovisual y tiene una de las bandas sonoras más fascinantes del
año. ¡BRAVO!
Odd Thomas, cazador de
fantasmas (Stephen Sommers, 2013): esta película me recordó un
poco a “John dies at the end” de Coscarelli, aunque eso sí, esta
es más edulcorada y (más o menos) apta para todos los públicos. Sommers, el de
“La Momia” y la potente “Deep Rising”, se curra aquí un film
lleno de fantasmas, demonios e investigaciones paranormales bastante
original, a la que le sobra algún que otro efecto videoclipero
en el montaje, pero que está francamente bien. Para los mirones:
atención a la escena en la que Addison Timlin (que por cierto,
también salía en la anteriormente mencionada “Afterschool”)
luce braguitas…
Blackfish (Gabriela
Cowperthwaite, 2013): Documental sobre la orca Tilikum,
responsable de la misteriosa muerte de tres personas y principal
atracción del Sea World. Impresionante retrato de hasta dónde puede
llegar la crueldad del ser humano y una dura crítica a los parques
acuáticos, capaces de esconder incidentes de lo más dramáticos.
Nunca pensé que me podía sentir tan emocionado por un pescado, ni
que lograría sentirme reconocido en estos mamíferos acuáticos… y
fíjense como son las cosas, gracias a “Blackfish” lo he
conseguido. Ahora más que nunca, ¡liberad a Tilikum, Willy y a
quien haga falta! OTRO IMPRESCINDIBLE.
Don Jon (Joseph
Gordon-Levitt, 2013): Ópera prima tras las cámaras del actor
Joseph Gordon-Levitt. La verdad es que como película tampoco es para
tanto, pero me gustó mucho como Gordon-Levitt se sirve de un adicto
al porno (el propio actor) para demostrar que también los/as hay que
utilizan el amor como un acto de masturbación individualista (el
personaje interpretado por la Johanson). Dicen que es una película
muy moral y que va en contra del porno y tal, pero yo no vi nada de
eso. Yo que me quedo con este mensaje que nos ofrece Gordon-Levitt y
en lo mala y marronata que está la Johanson en la película.
ATENCIÓN MIRONES a los vídeos porno que salen durante la película,
pues sale hasta Alexis Texas.
Nymphomaniac
Vol. I (Lars Von Trier, 2013): Este titánico film
(convertido [¿?] también en serie de TV) resumido y partido en dos para
que los exhibidores queden contentos (y hagan pasar dos veces al
espectador por taquilla), nos cuenta la historia de Joe (Charlotte
Gainsbourg), una ninfómana que aparece malherida en la calle y es
recogida por un anciano llamado Seligman (Stellan Skarsgard), que la
llevará a casa y escuchará con suma atención todo lo que le ha
ocurrido. Todavía es pronto para hablar de “Nymphomaniac”, pues
falta por ver esa segunda parte, pero Lars Von Trier ya apunta
maneras y la verdad es que esta película con actores famosos (dobles
de cuerpo y prótesis) simulando hacer sexo real, engancha bastante,
y brilla con luz propia una Uma Thurman haciendo de mujer y madre
despechada en el capítulo llamado “Mrs. H”. Sin embargo, para mí
el gran hallazgo de “Nymphomaniac” es Stacy Martin. Mucho ojo con
ella.
Dolor y Dinero
(Michael Bay, 2013): Y por fin, llegamos al final de esta lista
de lo mejor del 2013 con un film que me ha pillado totalmente por
sorpresa. Éste sí… De verdad… Y me ha pillado por sorpresa
porque no esperaba para nada que un director al que tanto odio como
Michael Bay lograse hacer una película tan… redonda… Bueno, no
sé si es exactamente redonda, pero hay que reconocer que no le ha
quedado nada mal. En “Dolor y dinero” Mark Wahlberg, Dwayne
Johnson y Anthony Mackie, se meten en la piel de tres culturistas que
raptan y torturan a un judío colombiano y ricachón para robarle
toda su pasta. Estamos ante un film 100 % Michael Bay (de hecho, cada
cinco minutos sale alguna tía buena en bikini) y por eso siento este
guilty pleasure después de haberla visto. No sé, quizás el
director de “Dos policías rebeldes” haya encontrado por fin el
guión perfecto, la horma de su zapato, el tipo de historia que
brilla entre tanto fuego de artificio. Eso sí, el canalla de Bay no
puede retenerse ni un minuto y no deja de demostrar lo increíblemente
divertido y a veces absurdo que es lo que está contando (todo ello
basado en hechos reales para colmo). Vale, sí, “Dolor y Dinero”
te ha salido muy bien Michael Bay, pero contrólate… O bueno, no.
¡Joder, no! ¡Viva “Dolor y Dinero”! Viva… un poco… bueno,
bastante Michael Bay. Pero ten cuidado Michael Bay, tal vez mañana
te vuelva a odiar, o no… no estoy seguro.
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