SITGES 03

En el año 2003 el Festival de Sitges amplió un poco más su propuesta y apostó más por las maratones a altas horas de la madrugada. En esta edición nació la indispensable sección "Mondo Macabro", en la que se exhibirían de ahí en adelante infinidad de obras maestras psicotrónicas casi siempre desconocidas por el ciudadano medio, provenientes de países tan lejanos y exóticos como Filipinas, Pakistán o Turkía... Aquel año, sin ir más lejos, se pudo ver la satánica Alucarda del director mexicano Juan López Moctezuma, la japonesa The Sinners from Hell de Nobuo Nakagawa o Zinda Laash del pakistaní Khwaja Sarfaraz. También se realizó una retrospectiva de Curtis Harrington en la que se proyectaron Games (1967), Night Tide (1961), The Killing Kind (1973), What's the matter with Helen? (1971), Whoever slew aunti Roo? (1971) o su último trabajo, un corto llamado Usher (2000) que adaptaba el relato "El hundimiento de la casa Usher" de Poe. Otra retrospectiva, esta vez centrada en el cine japonés más contemporáneo llamada "Novíssim Cinema Japonès", acogió Black Angel de Takashi Ishii, Bullet Ballet de Shinya Tsukamoto, Cure de Kiyoshi Kurosawa, Pistol Opera del maestro Seijun Suzuki o la aburridísima Suicide Club del por otro lado muy reivindicable Sion Sono (sus dos últimas películas, Love Expossure y Cold Fish, son unas obras maestras de cabo a rabo).

En lo que respecta a las películas a concurso cabría destacar Dos Hermanas de Kim Jee-woon; Ju-on: The grudge 2 de Takashi Shimizu; Fear X de Nicolas Winding Refn; Le tems du loup de Michael Haneke; el gran éxito de Alexandre Aja, Alta tensión; Takashi Miike realizó un triplete con su incursión en el cine terror convencional con Llamada perdida, el reamake/revisión de una película de Kinji Fukasaku basada a su vez en una novela de Goro Fujita, Graveyard of honour (editada en DVD en España como Cementerio Yakuza), y, como no, la excelente Gozu, mi favorita del director; Los no muertos de los Spierig Brothers; la divertida y sobresaliente Zatoichi de Takeshi Kitano; la muy recomendable Save the green planet de Jang Jun-hwan; Memories of murder la obra maestra con la que comenzó a despuntar el coreano Bong Joon-ho; la original, - aunque bajo mi punto de vista desaprovechada -, Tempus Fugit de Enric Folch, en la que se relataba el hipotético fin del mundo durante un partido entre el Barça y el Madrid; La casa de los 1000 cadáveres, el debut del músico y cantante Rob Zombie; y Kim Ki-duk volvió por el festival con The Coast Guard.

Y, como no, no podía olvidarme de la presentación por sopresa de Kill Bill Vol. 1 de Quentin Tarantino, que literalmente causó estragos en el festival. Todo Dios quería su entrada y como es lógico se agotaron en un santiamén. 

En lo que a mi respecta, la tailandesa Ong-Bak. Muay Thai Warrior de Prachya Pinkaew, filme que supuso el lanzamiento definitivo del acrobático Tony Jaa, fue mi elección. La película está bien y es entretenida, y de hecho se puede disfrutar bastante. Pero lamentablemente, lejos de las piruetas del protagonista, se podría decir que Ong-Bak no destaca por nada más. No me ha de extrañar pues que a mitad de la película el crítico Jaume Figueras se levantase y se largara de la sala. Ya había visto lo que le ofrecía y no necesitaba ver más. Un hombre que sabe lo que se hace.

El año que viene cambiarían las cosas de una vez por todas...

Los principales premios de aquel año fueron:

MEJOR PELÍCULA: Zatoichi de Takeshi Kitano.

MEJOR DIRECTOR: Alexandre Aja por Alta Tensión.

MEJOR ACTOR: Robert Downey Jr. por The Singing Detective.

MEJOR ACTRIZ: Cécile de France por Alta Tensión.

MEJOR GUIÓN: Michael Haneke por Le Temps du Loup.

PREMIO DEL PÚBLICO ex-aequo: Zatoicihi de Takeshi Kitano y Kill Bill Vol. I de Quentin Tarantino.

PREMIO HONORÍFICO MÁQUINA DEL TIEMPO: Stan Winston, Brian Yuzna, Tobe Hooper, Takashi Miike y Stuart Gordon.

MARÍA HONORÍFICA: Narciso Ibáñez Serrador.

Autógrafo del gran Chicho I. Serrador.