martes, 22 de marzo de 2011

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS: LA MUJER DE ROJO

Toda generación tiene su icono erótico. Todos tenemos una escena que despertó nuestros instintos primarios cuando éramos pequeños. A mi me llegó el momento cuando vi por primera vez La mujer de rojo de Gene Wilder, una comedia que indaga en las fantasías de un hombre casado y con hijos, que un buen día conoce a Kelly LeBrock. Como no podía ser menos, el tipo se enamora de ella al verla pasar por encima de unas rejillas de ventilación y se le levanta la falda. Que escena… Todo el mundo estará al tanto que esto es un claro homenaje a La tentación vive arriba de Billy Wilder, aquella película en la que una acalorada Marilyn Monroe ponía cachondo Tom Ewell. Aún así, como comprenderán, cuando uno es pequeño se niega a ver, ya por principios, cualquier película antigua. No sé muy bien a que se debía, pero no me gustaban las mujeres de aquellos viejos filmes. Tal vez por la textura de las películas, por el “technicolor”, por las voces… Tal vez porque me daban manía los peinados, no lo sé. La cuestión es que ahora me gustan todas, cosa que también me parece preocupante… Pero bueno, a lo que iba, cuando era pequeño no. Cuando era pequeño a mi solamente me gustaban dos mujeres: Sabrina Salerno y, la ya nombrada, Kelly LeBrock. Eran mi tipo de chicas. La cosa es que cuando vi la película de Wilder (de Gene Wilder, quiero decir), me quedé fascinado por la belleza de esa mujer. Soñaba con encontrármela por la calle y que posara frente a mí encima de unas rejillas de ventilación. Ahora lo pienso y me alegro que nunca me pasara algo así. Hubiera sido traumático. Tal vez me hubiera meado encima por los nervios o no sé, me hubiera masturbado en mitad de la calle, delante de todo el mundo. ¿Se imaginan que plan? Todavía sería recordado en mi barrio por aquello. “Mirad, el chiquillo que se la machacó frente a Kelly LeBrock, dirían señalándome. Cuando uno es pequeño a veces no logra mantener a ralla sus impulsos, pero no nos desviemos, ya estoy divagando, a lo que me refiero es que aquella película fue todo un acontecimiento para mi y el otro día la volví a ver y me sentí bastante defraudado. Me sabe muy mal porque eso indica que algo ha cambiado en mi. Kelly LeBrock me sigue gustando igual (o más), pero La mujer de rojo, como película, ya no significa lo mismo. Seguramente seguirá siendo una gran película, pero ya no la veo con los mismos ojos. La encuentro demasiado moral. Piensen que Wilder se pasa toda la película obsesionado por LeBrock. ¡Toda la puta película! Detrás de ella como un perro faldero. Y cuando llega el momento, cuando Kelly LeBrock está dispuesta a ser poseída por él, cuando le dice que se muere por follárselo, cuando ambos se meten en la cama desnudos, cuando está a punto de caramelo… entonces llega el marido de LeBrock y tiene que huir para que no le pille. Eso no se puede hacer, joder. Pero lo peor de todo es que Gene Wilder, cuando ve en el lío que se ha metido, comienza a reflexionar, “¿qué estoy haciendo? Si tengo una mujer excepcional y unos hijos maravillosos esperándome en casa”. Un horror, vamos. Por poco me pongo a vomitar. No es que me parezca mal la reflexión. Está claro que cuando uno hace estas cosas se puede meter en líos y echar de menos lo que tiene en casa. Pero si yo hubiera hecho esa película, Gene Wilder se hubiera tirado a Kelly LeBrock. Lo tengo clarísimo. Hubiera tenido con ella un polvo súper lascivo y obsceno. Tal vez hubiera filmado un cumshot (*) en el rostro de LeBrock al final del coito. Todo muy guarro. Después, efectivamente, viene el marido de esta y Wilder tiene que salir por el balcón. Entonces llega la gente, los periodistas, los bomberos… Estos le dicen que salte, que no le pasará nada y Wilder, muerto de miedo, salta al vacío esperando caer en la lona que le han tendido los bomberos. Pero el pobre se impulsa demasiado, - es muy difícil calcular desde las alturas -, entonces se estrella contra la acera. Los reporteros lo filman todo, con los flashes, las cámaras… En su casa su mujer ve la tele mientras prepara el desayuno a los niños. Entonces ve en la televisión a su marido tirado en el suelo. Está desnudo y lleva un vibrador metido en el culo (ya he dicho antes que la escena de cama con LeBrock era muy lasciva). Entonces la mujer mira fijamente a la pantalla, ve los sesos esparcidos… Un primer plano de la sangre y los trocitos de cerebro. Entonces ella dice: “hijo de puta, ¿cómo has podido hacerme esto a mi?”. ¿No lo entienden? Al reventarle la cabeza y esparramar los sesos por la acera, la mujer lo ve todo claro. Es como si al ver toda esa masacre viera también lo que tenía su marido metido en la cabeza. Todas esas fantasías pornográficas y repugnantes. Todo ese sado y ese fetichismo que tenía reprimido... También podría decir “cerdo”. Así, sin más. Si, así podría haber acabado La mujer de rojo, aunque no sé si con seis o siete años me hubiera gustado mucho. Claro, eso es… Como me gustaría seguir siendo aquel angelito inocente que fui… Snif, snif…

(*) Un cumshot falso, por supuesto. No ensuciaría este bello rostro de semen ni loco.




(Y en el próximo capítulo La mujer explosiva).

10 comentarios:

DMB Kinski dijo...

Kelly LeBrock estaba muy buena pero el I Just Called to Say I Love You le corta el rollo a cualquiera.
Reconozco que jamás he visto esta peli y eso que sale el Gene Wilder, un tio al que le tengo cierto cariño por su época con Mel Brooks pero ni así que el Stevie Wonder me echa pa'tras.
Que suerte tuvo el mastuerzo de Steven Seagal, vaya jaca que "montaba" el muy cabrón.

Lazoworks dijo...

Si, si, hasta hicieron una película juntos... "Dificil de matar", peliculón.

Pepe Cahiers dijo...

Un día antes de incorporarme al servicio militar un amigo canalla, en vez de llevarme de Cabarets o de otras cosas más directas, se empeñó en que perdiera aquella última noche viendo en el cine "La mujer de rojo".

Lazoworks dijo...

Si yo hubiera visto "La mujer de rojo" en el cine me hubiera evaporado del calentón...
Es usted un hombre afortunado, Don Cahiers...

Alimaña dijo...

Hombre, pues está muy rica, pero ya sabes amigo de mis gustos... yo prefería a las chicas de grandes mamas. Prefería a la citada Sabrina de ese video de "boys" luciendo palmito. El documento era muy hortera y friki lo reconozco, lo veía una y otra vez a escondidas en mi video beta... ¡que tiempos!

Lazoworks dijo...

Jajaja! Yo no tenía el videoclip de Boys (temazo), pero la noche vieja aquella en la que se le salió una teta... Ay... Me puse a tocar la pantalla del televisor y todo (porque quería tocarle las tetas, se entiende)...
Mis padres y mis tíos se partían el culo!!

Álvaro Quintana dijo...

Lazo, tú no has sido un angelito inocente en la vida. Si hablas de "Una mujer explosiva" no te olvides de la serie protagonizada por Vanessa Angel, otro jatona de aúpa. Aunque sería estropear el momento LeBrock...

Lazoworks dijo...

Perdone, un momento, un momento... Cuando yo era pequeño tenía la misma cara que el niño Jesús. Era divino. Parecía que estubiera rodeado de un haz de luz... En serio.
Referente a La mujer explosiva, no sé si tocaré a Vanessa Angel (en sentido figurado, fisicamente la tocaría a conciencia), ya veremos lo que hacemos... A ver lo que sale... Así soy yo, sin rumbo, sin tener nada preparado... A la deriva...

Me alegro de verle por aquí. Pasese de vez en cuando, hombre. Ya verá que bien lo pasamos por aquí.
Un saludo!

miquel zueras dijo...

LeBrock era potentísima. La película, eso sí, la he olvidado bastante. Lo que no he olvidado es el coñazo que nos dieron con el tema de Stevie Wonder. Borgo.

Lazoworks dijo...

Pero bueno, que manía os ha dado con Stevie Wonder... A mi me gusta.