Historias del "troncho-cinéma": Audrey Caradeplanta

Sin lugar a dudas, la carrera de Audrey Caradeplanta ha sido de todo menos convencional. Audrey llegó a Hollywood dispuesto a comerse el mundo y deslumbrar a toda una nueva generación de espectadores, pero lamentablemente se vio abocado a pequeñas producciones (mayormente fantásticas) de serie B. Su aspecto físico era tan característico que pronto, - demasiado pronto según él -, su carrera se vio estancada en un único papel: el de flor carnívora silvestre y en el mejor de los casos de planta alienígena capaz de devorar a cualquier astronauta despistado. Todos los papeles que le ofrecían eran demasiado cortos y anecdóticos, así que el ánimo y la energía con la que Audrey había emprendido su aventura de conquistar Hollywood poco a poco se fue desgastando y empezó a frecuentar prostíbulos y a probar el opio, una droga de la que jamás consiguió desengancharse.

Pero su vida dio un giro de 180º, cuando 1960 un avispado director llamado Roger Corman le dio la oportunidad de su vida y le ofreció un papel para una comedia fantástica llamada La pequeña tienda de los horrores. Por fin Audrey podría demostrar sus dotes interpretativas ya que por primera vez abarcaría un papel de relevancia y ¡lo más importante! tendría la oportunidad de hablar y demostrar cual potente y bella era su voz.
Audrey no cabía en si del gozo, y se desvivió por meterse en la piel de una planta carnívora habladora e hija de puta. Era el papel de su vida y tenía muchas esperanzas puestas en que la película tuviera el éxito que se merecía, cosa que efectivamente terminó siendo. Así pues, Audrey Caradeplanta, se convirtió en una gran estrella y su nombre comenzó a sonar como claro candidato a conseguir el Oscar al mejor actor secundario.
Pero el día de las nominaciones llegó e injustamente Audrey se quedó fuera de conseguir su ansiada estatuilla cosa que le causó una fuerte depresión y una vuelta por la puerta grande al mundo del opio y las putas.
Inutimente intentó denunciar los hechos en los medios especializados de la época. Pero lamentablemente lo único que consiguió es aparecer en unos cuantos fanzines de mala muerte. “¿POR QUÉ NO PUEDO OPTAR A LOS OSCARS?”, denunciaba el actor, “¿ES PORQUE SOY NEGRO?”.

Pero lo único que consiguió Audrey es pasar cada vez más y más desapercibido, y quedarse desterrado al olvido. Su vida se vino abajo y una prometedora carrera quedó del todo quebrada hasta que Frank Oz quiso hacer una revisión del clásico que interpretó Audrey en los años 60, aunque esta vez se trataría de una versión musical y no solo tendría la oportunidad de interpretar de nuevo el papel de su vida ¡sino que incluso podría CANTAR! Una nueva oportunidad se le había ofrecido y no podía desaprovecharla, así que rápidamente se metió en una clínica de desintoxicación para estar completamente listo y dar de si el 100%.
Pero lamentablemente la película se estrenó y fue un completo fracaso. “LA CULPA ES DE FRANK OZ, QUE NO SABE DIRIGIR A LOS ACTORES”, declaró el actor (de nuevo en un puto fanzine), “NOS HABLABA DE LA FUERZA Y TODO ESE ROLLO. ME PARECE QUE EL HIJO DE PUTA SE LO TIENE MUY CREIDO CON ESO DE SER UN JEDI. ADEMÁS RICK MORANIS, CON TODA LA PINTA DE TONTO QUE TIENE, ES COCAINOMANO”. Así que desde entonces no tuvo más remedio que abocarse al olvido y tan solo ha aparecido en algunas películas de mala muerte y en Jumanji de Joe Johnston (1995), una superproducción que pudo haberle rescatado del desamparo, pero lamentable le quitó todo el protagonismo un niño que se convertía en mono durante la película y se la comenzaba a machacar.
Afortunadamente hoy día, Audrey parece haber encontrado una nueva oportunidad, - esta vez de la mano del mercado japonés -, al protagonizar una película porno con Maria Ozawa, una tía que está para chuparle hasta los ojos. El film en cuestión se llama algo así como Maria Ozawa Tentacle Ecstasy, y en ella se mete en la piel de una especie de planta alienígena (papel con el que siempre se ha sentido bastante cómodo), que sin venir a cuento se infiltra en un hospital y viola y agasaja a una zagala (la Maria Ozawa en cuestión) durante la hora y media que dura la película.
Durante la película ni él ni Ozawa articulan una sola palabra y solo gimen y ponen cara de tontos, pero eso si, en ella hay cabida para copiosos cumshots y penetraciones perpetradas con una decena de erectos tentáculos.
La película está bien e incluso los tentáculos pueden llegar a poner palote, pero se echa en falta alguna doble penetración. No sé... Hay demasiados tentáculos desaprovechados y muchos agujeros para rellenar, no sé si me entienden.
¿Quién sabe? Tal vez Audrey consiga por fin encontrar su sitio en esto del séptimo arte.

MARIA OZAWA TENTACLE ECSTASY GALLERY: