Crónicas Sitgerianas 2009

Ya estamos de vuelta con un montón de películas bien calentitas, así que me dispondré ha hacer una breve crónica de mi estancia en el Festival de Sitges. Vamos allá:

El primer día se proyectó uno de los últimos films de Takashi Miike, Yatterman, un experimento bastante absurdo y desconcertante basado en unos famosos dibujos japoneses de los años 70. Un auténtico desastre y sin lugar a dudas, de lo peor de la presente edición.

El siguiente día, sin embargo, pude ver con gran satisfacción la incursión de Park Chan-wook en el terreno del cine de vampiros, su fabulosa Thirst, y aunque no logró a las altas cotas que consiguió con Oldboy, me pareció una película bastante original y atrevida.

La notable Misterios de ultratumba también se pudo ver en la presente edición dentro de un pequeño homenaje a Fernando Mendez, junto a El Vampiro. También se proyectó la curiosa El Perro del gran Antonio Isasi-Isamendi, una aceptable película que tan solo se ve entorpecida por una intriga política un tanto torpe. A la noche se pudo ver dentro de una maratón llamada Torture Night, las películas The Loved Ones, una cinta bastante potente que conforme avanza va ganando puntos. La interesante Macabre, un film bastante irregular que sin embargo nos regala alguna que otra secuencia para el recuerdo. Y finalmente Break, una cinta de bajo presupuesto bastante bien filmada pero que no terminé de ver, sobre unas chicas acosadas en mitad del bosque por dos tipos bastante peculiares, muy en la linea de Deliverance y tantas y tantas otras cintas.

El cuarto día dió paso a la última película del gran Pe-nek Ratanaruang, Nymph, una especie de thriller fantástico que ahonda en una pareja en crisis. A la noche pudimos ver Yamagata Scream, una comedia con zombies samurais y adornada de un humor muy "amarillo" que puede divertir y sacar de quicio a partes iguales.

Bronson fué la primera película del quinto día y fué sin lugar a dudas una grata sorpresa, que sin embargo puede ser peligrosa en manos equivocadas. La australiana The Horseman, fué la película que cerró la noche y que nos ofreció lo que buscabamos y punto.


Al día siguiente nos sorpendimos con Tetsuo: The Bulletman, la nueva revisión de Shinya Tsukamoto de su clásico, que resultó mucho más comercial y aclaratoria que sus anteriores entregas. Después asistimos a la visión que tiene Brillante Mendoza de los thrillers con Kinatay, una película contemplativa sobre un día en la vida de un poli novato. La noche se cerró con Black Dynamate, la gran sorpresa del año y todo un festín de risas que nos encantó a todos.

Cada ver es..., filme maldito donde los haya del panorama español, fué una de las mejores y más interesantes películas sobre la muerte que he visto en mi vida. Después se dió paso a la obra magna de Gaspar Noe, Enter the void, toda una proeza visual en la que hubo más de una y de dos espantás. A la noche se pudo ver dentro del apartado Midnight X-treme, la interesante The Human Centipede, un film mucho menos bestia de lo que se intuía desde un principio.

Survival of the Dead es la última incursión del maestro George A. Romero en ese terreno tan manoseado como lo son las películas de terror, regalandonos una aceptable cinta de muy bajo presupuesto que cabalga de refilón sobre el mejor western. Accident resultó ser un efectivo thriller sobre una banda de asesinos a sueldo que cometen sus crímenes fingiendo accidente. Paranormal Activity fué un intento de mezclar el fenómeno Poltergeist con El Proyecto de la Bruja de Blair, que pese a todo lo que se nos comentó, no inquietó a casi nadie. Amer, parecía una excelente película sobre la madurez, pero lamentablemente el cansancio y alguna que otra cerveza de más, hicieron que me quedara K.O. durante la proyección (de esta, como es lógico no haré ninguna reseña). A la noche se nos ofreció una suculenta maratón de cine asiatico y gore, pero con Vampire Girl vs. Frankenstein Girl ya tuve suficiente.

Al día siguiente vimos una obra maestra del género llamada Los ojos sin rostro y la interesante Colin, una cinta bastante digna hecha con cuatro duros que, aunque alguno lo pueda creer, nada tiene que ver con el "troncho-cinéma".

El último día fué para ver la última película de Terry Guilliam, The imaginarium of Dr. Parnassus, la cinta que no pudo acabar el malogrado Heath Ledger y que se consiguió terminar gracias a sus amigos Johnny Deep, Jude Law y Colin Farrell. Y el broche final lo puso la fascinante Symbol de Hitoshi Matsumoto, una película que dice mucho con mucho humor. ¡Bravo Matsumoto!

Para terminar no me puedo olvidar de la emocionante cita que se dió lugar en la sala Tramuntana, el sabado día 10, cuando un desmejorado Paul Naschy confesaba que había pasado por una grave enfermedad de la que todavía le quedaba mucho por pasar. En dicha cita se presentaba el libro biográfico Paul Naschy, la máscara de Jacinto Molina y una novela de Naschy ilustrada por Javier Trujillo sobre uno de sus personajes más representativos, el siniestro Alaric de Marnac. En la cita hubo bromas y Naschy se mostró opitimista y lleno de energia pese a todo, cuando Javier Trujillo fué el primero en decir lo que todo el mundo esperaba: "yo sólo quiero que le den el Goya de Honor a Paul Naschy", dijo de un modo contundente y escueto. Angel Sala, por su parte, también se unió a esa petición poniendo nombre y apellidos al presidente de la Académia Española, y haciendole responsable directo de que esa petición se pueda hacer realidad. "Ahora que tenemos a un presidente que ha visto y vivido este tipo de cine, ha llegado la hora que se le de el Goya honorífico a Paul Naschy".

A mi no me queda otra que unirme a este grito y que de una vez por todas la Academia reconozca una carrera dedicada integramente al cine y aunque, como siempre suele pasar, los premios suelen llegar tarde, creo que Naschy, una persona, actor y cineasta al que admiro, merece dicho reconocimiento con todas las de la ley.

¡¡FUERZA MAESTRO!!