miércoles, 18 de febrero de 2009

Sabine recomienda... El truco del manco (2009)


Cuajo (El Langui) es un hombre que tiene medio cuerpo paralizado por una parálisis cerebral, por lo que hacer cosas tan sencillas como bajar unas escaleras, ducharse o atarse los cordones, suponen para él un enorme sacrificio. Pero por otro lado, Cuajo tiene un gran espíritu de superación y convence a su amigo Adolfo (Ovono Candela) para montar un estudio de grabación y así poder ganarse la vida con lo que más le gusta: el hip-hop...
Ya lo he dicho en alguna ocasión, el hip-hop es una de los movimientos musicales y culturales, más estimulantes que podemos encontrar a día de hoy. Ya que se percibe cierto estancamiento en el panorama musical y un gran numero de artistas han hecho que miles de españoles vistan con ropas anchas y vayan escuchando hip-hop en sus carros. En fin, es la moda y son muchisimos los niñatos/as que se pasan a lo que está de moda, pero no por eso se le puede restar mérito a esta cultura y a los grandes talentos que la han sacado hacia delante en un país como este. (Nota aclaratoria: yo no visto con ropa anchaca y en mi carro escucho de todo. Aunque eso sí, un buen disco de Frank-T o Presión, nunca falta en mi buga).

Todo un clásico: Mc Randy. Se llegó a rumorear que unos "borjamaris" del PP le cortaron la lengua.

Por otro lado, habría que añadir que la cultura Hip-Hop ha colaborado en uno de los mejores documentales que ha dado este puto país y que muchos pasaron por alto: Bagdad Rap de Arturo Cisneros, en el que intervenían el Sr. Rojo, Kase-O, Zenit o Ariana Puello, en la banda sonora.
En El truco del manco encontramos tras las cámaras a Santiago Zannou, cortometrajista y director de videoclips de gente como Frank-T. En este film ha contado con una gran cantidad de actores noveles y con el gran Langui de La Excepción en el papel principal. Y es que, tanto los actores noveles, como algunos profesionales que podemos encontrar durante el film (vease el caso de Francesc Garrido), realizan unas interpretaciones apabullantes y dotadas de una frescura y realismo asombrosas. Un diez a todos los actores y a Zannou por como ha sabido sacar partido de algunos barrios de la ciudad condal y de la periferia, como La Mina o Bellvitge. Esto me recuerda que el cine de quinquis y social sigue vivo, y que gracias a Dios, hoy día existe gente con bastante más talento que algunos de los directores que lo intentaron hace tiempo (sirva de ejemplo, la patetica Deprisa, Deprisa de Carlos Saura).


Aunque eso si, hay que reconocer que el conjunto queda algo afectado por cierta previsibilidad en el guión y en como van sucediendo los acontecimientos...

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