Siempre
me he mostrado reticente a la hora de ponerme a ver una serie de TV porque se hipoteca
demasiado tiempo y me impide que pueda ver otras películas (¡HAY TANTO POR
VER!). Sin embargo es evidente que el futuro del cine está cada vez más ligado a
la caja tonta y la verdad es que las propuestas que nos ofrecen las cadenas de
pago anglosajonas no puede ser más estimulante. HBO, Hulu, Netflix, FOX… todas
tienen su propuesta de calidad para tenerte atrapado/enganchado durante un
largo periodo de tiempo. Y por si eso no bastara detrás de estas series
encontramos los nombres de unas cuantas ilustres estrellas y directores de
renombre. Sin embargo algunas arrancan con fuerza, pierden fuelle con el paso
del tiempo y después, tras algo de paciencia, vuelven a remontar tímidamente,
como es el caso de de The Walking Dead y
su última temporada; otras me veo obligado a verlas por imperativo de mi señora
esposa como Juego de tronos, que la
sobrellevo como puedo (aunque suelo acabar dormido); y luego las hay que
simplemente abandono porque no me han acabado de enganchar o no he tenido la
paciencia necesaria para continuarlas. Por eso las series que cito a
continuación tienen para mí mucho valor, pues han sido capaces de entusiasmarme
como hacía tiempo que no lo hacía ninguna película y, lo más importante, no he
sentido que estuviera perdiendo el tiempo en ningún momento, más bien todo lo
contrario. Aquí adjunto las series que me han devuelto la alegría y la
confianza en la televisión.
1. Breaking
Bad (2008 – 2013) (5 Temporadas / 62 capítulos); creada por Vince Guilligan: Esta es la
que tiene la culpa de que ahora mire las series de otra manera. Breaking Bad cuenta las peripecias de Walter
White (Bryan Cranston), un humilde profesor de ciencias que al serle
diagnosticado un cáncer de pulmón se alía con Jesse Pinkman (Aaron Paul) y se
convierte en el mayor traficante de meta de los Estados Unidos. Bryan Cranston
está sublime en un papel que se vuelve cada vez más oscuro y a la vez
fascinante, que ha marcado a toda una nueva generación. Pero esto no hubiera
sido capaz sin Vince Guilligan, creador de otra serie de moda Expediente X (con la que no he sido
capaz de conectar), y una mente capaz de regalarnos capítulos que son
auténticas lecciones de cine. Sirva de ejemplo su asombroso piloto (con una
capacidad de síntesis final que parece increíble) u otros que te mantienen en
vilo hasta límites insospechados, como el celebrado capítulo llamado Ozzymandias dirigido por Rian Johnson
(director de Brick o Looper). Al parecer el alto nivel de
perfeccionismo y control de Guilligan provocó que Cranston terminara
co-produciendo la serie junto a él y así quitarle algo de trabajo (y que no
enfermara) a partir de la cuarta temporada. Cuando la serie terminó, y con ella
White / Heisenberg, a todos nos quedó un tremendo vacío que tardaríamos mucho
tiempo en volver a llenar.
2. True
Detective (2014 - ) (2 Temporadas / 16 capítulos); creada por Nic Pizzolatto: Antes de
llegar a TD había probado con otras
series. Rescaté otras que decían que eran iguales e incluso mejores que Breaking Bad, pero nada, no terminaban
de tocarme la fibra como lo había hecho White y compañía y las dejaba. Pero
entonces, un día, me dio por ver esta serie creada por el escritor Nic
Pizzolatto y me puso la cabeza en los pies. Lo cambió todo. En la primera
temporada se nos relata las aventuras de los detectives Rust Cohle y Martin
Hart (unos impresionantes Matthew McConaughey y Woody Harrelson,
respectivamente) con tal de averiguar quién se encuentra detrás del Rey
Amarillo y los truculentos asesinatos / rituales que se han cometido. Este
oscuro relato noir lleno de filosofía y guiños a Lovecraft entusiasmó al respetable
y buena parte de culpa la tuvo el realizador Cary Fukunaga, que dirigió los 8
capítulos de la primera temporada y que nos regaló momentos del todo memorables
como el del inolvidable plano secuencia de Who
Goes There. La palabra masterpiece
se quedaba corta para esta excelente primera temporada y las expectativas
estaban muy altas para la siguiente, así que cuando ésta se estrenó y se
comprobó que era bastante distinta la mayoría la molió a palos. Lo cierto es
que aunque el batacazo que le han dado ha sido sonado, no puedo estar más
enamorado de las peripecias de los detectives Ray Velcoro (Colin Farrell) y Ani
Bezzerides (Rachel McAdams), el oficial Paul Woodrugh (Taylor Kitsch) y el
gángster Frank Semyon (Vince Vaughn). Pizzolatto decidió tomar un rumbo bastante
alejado de la primera temporada y muchos no supieron entenderlo. La segunda
temporada no convenció a casi nadie y el mandamás de la HBO, Michael Lombardo, ha
admitido toda la culpa tras las numerosas críticas negativas que ha recibido.
Según cuenta se dio demasiada prisa por repetir la fórmula y Pizzolatto, “un
escritor con alma que necesita su tiempo”, no la tenía del todo meditada.
Esperemos que no sea un parón definitivo y que, tal y como dice Lombardo, siga
confiando en Pizzolatto y esto no suponga el fin de esta magnífica serie.
3. Wayward
Pines (2015 - ) (1 Temporada / 10 capítulos); creada por Chad Hodge: El nombre
que me llamó la atención de esta serie es mi idolatrado M. Night Shyamalan, que
en esta serie ejerce de productor y director del primer capítulo. Matt Dilon, protagonista
de grandes clásicos posmodernos como La
ley de la calle, Juegos salvajes
o Algo pasa con Mary, encarna aquí a
Ethan Burke, un tipo que sufre un accidente de coche y despierta medio amnésico
en un extraño pueblo llamado Wayward Pines. Las series con nombres de pueblos
misteriosos siempre despiertan cierta simpatía gracias a la emblemática Twin Peaks, aunque en este caso no nos
adentramos en el mundo onírico de Lynch sino más bien en una especie de cuento escrito
por Richard Matheson para un capítulo actualizado y alargado de The Twilight Zone. La serie parecía que
iba a ser una más pero a mitad de temporada da un cambio de 180º que acabó
entusiasmándome. Y su final es… Parece ser que harán una nueva temporada y, al
igual que otras series como la citada True
Detective o Fargo, será
totalmente independiente de la primera. ¡Veremos!
4. Hit &
Miss (2012) (1 Temporada / 6 capítulos); creada por Paul Abbott: Esta es en
realidad una miniserie británica y el (valiente) cóctel que ofrece no podía ser
más estimulante: Mia (Chloë Sevigny) es una asesina a sueldo de lo más
peculiar. Es guapa, inteligente y letal, pero guarda un secreto… entre sus
piernas, y desea conseguir el dinero necesario para poder pagarse la operación
con la que pueda sentirse una mujer del todo. Por si fuera poco recibe la carta
de una antigua novia (de cuando era un hombre, se entiende) que le informa que
padece una enfermedad mortal y que (oh, sorpresa) TIENE UN HIJO, por lo que le
ruega que se haga cargo de él. Estamos ante un thriller que parece una vuelta
de tuerca a las novelas de Ed Wood (La
drag asesina o Muerte de un travesti)
con el toque british y distinguido de Neil Jordan (Juego de lágrimas). Muy bien dirigida, mejor escrita y… Chloë
Sevigny, ¿qué más se le puede pedir a una serie? Una serie de culto.
5. Ash vs
Evil Dead (2015 - ) (1 Temporada / 10 capítulos); creada por Tom Spezialy, Ivan
y Sam Raimi: Aunque debo reconocer que su tono demasiado jocoso me dejó algo
descolocado al principio, no tardé demasiado en conectar con la propuesta que
nos ofrecían Raimi y compañía. Tras muchos años dándole vueltas a una posible
nueva entrega de El ejercito de las
tinieblas (es decir, a la cuarta parte de Posesión infernal), decidieron utilizar muchas de las ideas que
habían surgido durante ese periodo y la convirtieron en esta fabulosa serie que
vuelve a la pura serie B de los inicios del realizador de Ola de crímenes, ola de risas. Aquí nos encontramos con un Ash
(Bruce Campbell) mucho más loser y
socarrón que en las películas previas [emparentándose con el tono autoparódico
de My Name Is Bruce, dirigida por
Campbell (aquí editada en DVD y titulada como Posesión demencial)] para, tal y como he dicho, volver al génesis
gamberro de los primeros trabajos de Raimi y su clan. Así pues, a lo largo de
la serie podemos ver sendos homenajes a sus predecesoras pero también a otras
cintas en las que Raimi intervenía en otras funciones como es el caso de la
loca Vietnam – USA (Thou Shalt Not Kill… Except). Un
divertimento frugal y sin pretensiones que te dibuja una sonrisa en los labios.
El éxito de Ash vs Evil Dead ha sido
tal que se firmó para una siguiente temporada… ¡cuando ni siquiera había
terminado la primera!
6. Sense8
(2015 - ) (1 Temporada / 12 capítulos); crada por J. Michael Straczynski, Andy
y Lana Wachowski: Ocho personas situadas en diferentes localidades del planeta empiezan
a experimentar sensaciones extrañas y a ver e interactuar con gente que está a
miles de kilómetros de distancia. Estas ocho personas están conectadas
mentalmente y pueden intercambiarse sus conocimientos si cualquiera de ellos lo
necesita. El caso es que los gobiernos no ven con muy buenos ojos esta nueva
especie humana llamada sensytes, y
con el temible Sr. Whispers al mando, emprenden una misión secreta para acabar
con ellas. Los Wachowski irrumpen en la televisión con esta rompedora, emotiva
y vibrante serie de ciencia ficción que para mí está adelantada a su tiempo ya
que toca temas tan poco frecuentes en la ficción americana como la
transexualidad y la homosexualidad (con escenas de sexo de lo más gráficas). Con
un reparto internacional (Miguel Ángel Silvestre, Daryl Hannah, Jamie Clayton, Tina
Desai y Donna Bae, entre otros) y rodada en nueve ciudades de distintos puntos
del globo, está titánica, arriesgada y compleja producción sacará de quicio a
los más cortos de mira. Yo simplemente me quito el sombrero, ¡bravo Wachowskis!
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