miércoles, 24 de abril de 2013

BEST WORST MOVIES (3)



Colegialas violadas. Jesús Franco, 1981. No sé si será cosa de la mala baba de Franco y que en realidad quisiera hacer uno de los slashers más ridículos de la historia o es que le salió así de “mal” (¡que a mí me encanta, ojo!). Esta historia de dos hermanos (uno de ellos un deforme demente y la otra una pécora redomada) que mantienen una extraña relación fraterno sexual tiene una puesta en escena impecable, incluso casi me atrevería a decir que a simple vista podría pasar por cualquier  película de “arte y ensayo” que se precie. Pero lamentablemente los diálogos y situaciones que se viven durante el metraje echan por tierra cualquier acierto. Y es que aunque la película esté precedida de un prólogo en el que un tipo disfrazado de Mickey Mouse se cepilla y asesina a una zagala (¡toma ya!), después seremos testigos de las vicisitudes por las que tiene que pasar Ángela (la preciosa Olivia Pascal), ya que por el mero hecho de leer nóvelas de misterio, nadie parece creer en ella cuando comienza a presenciar atroces crímenes. Gracias a ello, eso sí, “Colegialas violadas” nos ofrecerá infinidad de momentos que son la pura risión. Sirva de ejemplo aquel momento en el que, después de presenciar el asesinato de una chica, Ángela decide pedir auxilio a sus amigos y éstos le recriminan que lo que en realidad quiere es que Antonio, un chaval que le pretende, fuera a su casa (y lo dicen antes si quiera de comprobar que el cuerpo de la chica ha desaparecido. ¡Ya estaban predispuestos a no creer en ella desde el prinicipio!). Pero la película guarda otro momento aún mejor: Ángela está a punto de morir porque alguien ha dinamitado una montaña, así que decide pedir auxilio a la policía: “¡Policía – grita -, ha habido una explosión y una piedra por poco me mata!”. Los dos policías motorizados la examinan detenidamente y le responden: “Perdone señorita, no sé de qué me habla”. Ángela se larga al ver impotente que nadie le hace caso y una vez se aleja los policías, eso sí, no dudan en admirar la enorme belleza de la muchacha. Ver para creer.

 
Los violadores. Paul Grau, 1981. Del mismo año tenemos una co-producción hispano-suiza en la que participa la mítica Balcázar y que se rodó en las cercanías de Barcelona. “Los violadores” o “Mad Foxes”, su título internacional, es una atípica cinta que bebe del éxito de “Mad Max”, aunque suponemos que por motivos de presupuesto, el elemento apocalíptico queda omitido. Hal Walters (José Gras), el antihéroe de la función, se pasea con su carrazo junto a su novia de 18 años recién cumplidos (y a la que piensa desvirgar para celebrarlo), cuando se topa con una banda de nazis motorizados (llamados “rockers” en la película) que le provocan. Walters, un tipo que a la mínima se pica, decide hacer una carrera con los motor-nazis y uno de ellos tiene un grave accidente, por lo que esta banda no tardará en jugársela en más de una ocasión, violando a sus pretendientas, primero, después matando a sus colegas karatekas y por último acabando con toda su familia. Como es lógico, Walters decide clamar venganza de una vez y va en busca de esta peligrosa banda para terminar con ellos. La verdad es que la película no es ni de lejos lo mala que podría parecer. No olviden que hablamos de “mejores peores” películas, así que no nos debe importar que violen a la novia del protagonista y que no se sepa más de ella durante la película, que salgan un grupo de karatekas que ayudan al bueno de Walters o que a los nazis de la película le aparezcan y desaparezcan las esvásticas de los brazaletes que lucen en los brazos… “Los violadores” es una auténtica pasada por ese bombazo de final y porque en ella hay una secuencia del todo memorable: a uno de los “rockers” le cortan la pirindola… y se la meten en la boca, ¡bravo!

 
Terror caníbal. Julio Pérez Tabernero, 1980. Y vamos con el plato fuerte del día: “Terror caníbal”. ¿Se imaginan empezar una película de terror (y de caníbales) con una versión de la bamba con organillo de fondo? ¡¡¡Pues esa película existe y se llama “Terror caníbal”!!! Rodada en Benidorm, en este film veremos sustituidos la frondosa vegetación de la jungla por pinos, y los caníbales indígenas de toda la vida por… (redoble de tambor) ¡¡gitanos!! Sí, queridos amigos, para “Terror caníbal” Tabernero echó mano de un grupo de gitanos para que se metieran en la piel de los peligrosos caníbales de la película. En este despropósito nos encontramos con un grupo de malajes formado por dos hombres y una mujer que rapta a una niña inocente (un poco porque sí) y se largan a una selva amazónica (que no lo es tanto, claro). Una vez allí se hospedarán en la casa de un matrimonio (que a su vez acoge a un misterioso señor que toca la guitarra ¿?), que tienen contactos con los caníbales. Además, por si fuera poco, entre tanto desbarajuste, veremos una truculentas escenas gore híper realistas en las que no tuvieron reparos en cambiarnos el cuerpo de una mujer por el de… ¡¡un cerdo!! ¡Buñuel y Dalí se revuelven en la tumba, señores!

2 comentarios:

miquel zueras dijo...

Creo que Jess Franco fue el rey de las malas-buenas películas como esa. O entrabas o no, era así de simple.
Las otras dos no las he visto. Balcázar llegó a rodar veinte películas al año, el mismo número de películas españolas que se estrenan. Esa de los caníbales debe ser una pasada. Recuerdo ese boom de películas antropófagas que empezó con "Holocausto canibal".
Saludos. Borgo.

Ángel Chatarra dijo...

Que sepas que me tienes la carpeta 'Cine Rarito' llena de mierda de la buena... No te digo más...