Después puede ser encantador, caótico, destructivo o simplemente precioso, pero nunca extraño.
La extrañeza es un germen que muchos no estamos dispuestos a investigar.
Me pongo bien las gafas, me atuso el pelo y me miro al espejo.
No está nada mal.
Hoy puede ser uno de esos días en el que, tal vez, alguien esté dispuesto a cruzar el umbral y adentrarse en la dimensión desconocida.
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